- Sheinbaum 58.8%, Xóchitl 14.6%. Una diferencia de 44.2%. ¿Si las elecciones fueran mañana, se tendría esa ventaja? ¡Claro que no! Es previsible un desinfle de Claudia, porque los sectores marginados que la hacen fuerte tienden mucho a la abstención.
- ¿De cuánto será el desinfle? Con lo que tenemos no podemos estimarlo, pero tenemos los antecedentes del 2021 y EDOMEX. El 2 de junio sabremos; mientras tanto:
- Veamos la línea verde del Tracking de Xóchitl. Se ve muy estable y con una leve tendencia al alza desde el 19 de febrero.
- Si vemos ahora la línea roja de Xóchitl, la del voto duro, también se ve una tendencia al alza desde el 19 de febrero. Dicho de otro modo, el leve avance de Xóchitl se lo debe al crecimiento de sus más convencidos.
- Veamos ahora a Claudia. En ella se aprecia, en la línea guinda de intención de voto, un descenso desde el 15 de enero hasta el 8 de abril; esta semana, ayer, revirtió esa tendencia a la baja.
- Pero la línea magenta de voto duro no fue a la baja; más aún, del 25 de febrero hasta ayer, muestra una leve tendencia al alza que culmina en una Alerta Positiva (el punto azul). Eso significa que la recuperación de Claudia es atribuible también a los más convencidos.
- En consecuencia, tanto para Xóchitl como para Claudia son los más convencidos, los duros, los que están determinando la correlación de fuerzas.
- Es claro también que las variaciones en la correlación de fuerzas son leves, favoreciendo inequívocamente a Claudia.
- Es claro también que el hecho de que el juego (el balón) lo traigan los duros, es consecuencia directa de la polarización, cuyo gran promotor y campeón es AMLO.
- Se deriva en consecuencia, que la estrategia frontal de la oposición termina favoreciendo la polarización, y por tanto a Claudia.
Se pueden decir muchas cosas más, pero su razonabilidad depende de condiciones que eventualmente podrían darse. Entre otras, si conviene a la oposición mantener la estrategia de confrontación. En este caso, por ejemplo, si se le viene a AMLO una andanada judicial interna (que parece que sí) y un apretón de güevos por parte de los gringos (que parece que también), quizá sería conveniente elevar el grado de confrontación, con el riesgo de que se haga un desmadrito peor del que ya traemos en México.
Así las cosas, hasta hoy. Ya mañana, ¡Dios dirá!
Salvador Borrego, Ph.D.
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