Desencanto.

 

La medición de SABA Consultores correspondiente al 27 de febrero muestra un deterioro en prácticamente todos los indicadores del Presidente. Este fenómeno lleva ya algunas mediciones apareciendo, por lo que podemos aseverar que, si el gobierno y sus aliados no reaccionan, podría consolidarse la tendencia. Al momento, la oposición no parece estar  capitalizando la caída. Por el contrario, el desencanto está llevando a una falta de interés en la política. De continuar esta situación, podríamos traducir el fenómeno con un rechazo de toda la esfera pública, por parte de los mexicanos.

 

Ya en mediciones anteriores habíamos visto que el mayor negativo de MORENA y la 4T es la percepción de ineficiencia o incapacidad para gobernar que algunos segmentos comenzaban a manifestar. El coronavirus y la falta de vacunas es destacadamente el tema más presente en la opinión pública. La medición de SABA no registra cómo evalúa la gente la acción del gobierno sobre el tema, pero si es negativa (lo cual es probable), entonces la comunicación del gobierno sobre el asunto, está en los hechos afectando sus propios intereses. ¿Será que ver que llegan vacunas, pero a la vez, no haber sido vacunado, está molestando a los ciudadanos?

 

Además de lo anterior, en la coyuntura se han dado casos como el de Félix Salgado Macedonio y el costo de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, que pueden también haber reforzado la idea de que no se están haciendo las cosas del todo bien en la 4T. Sin embargo, estos temas aparecen más bien marginalmente en la encuesta.

 

Otro asunto interesante son los segmentos que están deteriorando la imagen presidencial. Además de lo obvio (los “adversarios” tradicionales de la 4T), en los hipocentros de SABA vemos segmentos como empleados, gente educada hasta la preparatoria o técnica, así como ingresos medios y bajos. Es decir, grupos poblacionales que son directamente afectados por la crisis económica derivada de la pandemia. Es probable que estos grupos hayan apoyado en su momento a la 4T, y que por lo mismo tampoco sean voto fácil para la oposición tradicional. Quizá por eso, vemos que el rechazo a las opciones políticas y el interés en lo público está disminuyendo.

 

Ante esta situación, el Presidente y la 4T deberían poner atención, porque sin duda están siendo afectados por la coyuntura. En cuanto a la oposición, esto no debería ser motivo de regocijo. Por el contrario, el movimiento de la opinión pública parece estarles diciendo: “prefiero no votar por nadie, que apoyarlos a ustedes…”