Más allá de los movimientos positivos o negativos que presentan los personajes o partidos en los resultados del 9 de diciembre, los números posiblemente reflejan el cierre de un ciclo y el inicio de otro en la mercadotecnia política en el estado, que de alguna forma también se replicó en el resto del país y en general se buscó aplicar para mostrar una supuesta renovación dentro del sistema político mexicano.

Fernando Elizondo continúa fortaleciéndose como sugiere la advertencia positiva en intención de voto entre quienes lo conocen, favorecido aquí por: quienes tienen más de 15 años de estudios y quienes desaprueban al gobernador. El PAN por su parte presenta una alerta positiva en simpatía partidista impulsada por: quienes viven en San Pedro, de 36 a 45 años de edad y quienes no son ni solteros ni casados.

Sigue la disciplina de los sectores conservadores del PAN en sentir todavía como suyo a Fernando Elizondo y darle el visto bueno, ya que también su ex partido sale beneficiado en estos resultados. Esta situación es atípica debido a que por lo pronto es una entidad errante en la contienda electoral y no se sabe si busca partido o sólo está moviendo las aguas simplemente para ver qué sucede; hay incertidumbre, pero parece ser bien recibida entre quienes lo conocen.

Mencionó el posible fin de una etapa en el marketing político por lo siguiente:

Si nos remontamos a la elección a la gubernatura de 2009 y otras elecciones estatales a lo largo de la República podemos observar cierto patrón que también se replicó en diputaciones, senadurías y alcaldías: la postulación de personajes jóvenes o de aspecto juvenil que pudieran brindar al partido una imagen de renovación interna e ideas frescas. Ejemplos como éste son el caso de Moreno Valle en Puebla, Manuel Velasco en Chiapas o el mismo Enrique Peña Nieto en el Estado de México.

Este tipo de marketing estaba enfocado en resaltar el hecho de que las características juveniles podrían significar un cambio en la manera de hacer política pública; sin embargo, esa etapa parece haber llegado a su fin; por lo menos en el estado el fenómeno que rodea a Fernando Elizondo así lo sugiere.

Ante este deterioro en la figura de los gobernantes y estas nuevas figuras juveniles posiblemente se esté presentando un cambio en cuanto a las características que busca el electorado en un gobernante; parece virar hacia la imagen de sabiduría, conocimiento, honestidad, experiencia y senectud, al más estereotipo griego de animal político. Algunos sectores podrían percibir que la “juventud” les ha pagado mal a la hora de gobernar y Fernando Elizondo parece ser el beneficiado.

Si se observa detenidamente Elizondo es el único candidato con estas características y el más beneficiado, aunque su actividad política sea casi nula.