En medio del festín de encuestadores y algunos medios de comunicación, que ya dan por muerto político a AMLO, estamos midiendo una vez más.

 

Se confundirán dos efectos: el de la propia evaluación ciudadana al desempeño de AMLO, que en mucho estará determinada por su manejo a la crisis del Coronavirus, y quizá a la cancelación de la cervecería en Mexicali, y el propio efecto de las encuestas cuando encuentran en los medios cajas de resonancia. Recordemos que las encuestas tienen la capacidad de hacer verdadero lo que de inicio no lo era, bajo el principio filosófico de que: “a dónde va Vicente, a donde va la gente”.

 

Esta semana dejamos constancia en redes de como GCE, a través de Ciro Gómez Leyva, difundió una aprobación para AMLO de 37%, manipulando sus propios resultados. Cumplo con mi responsabilidad profesional ante ustedes de denunciar este tipo perversiones, que tienen como propósito manipular la Opinión Pública.

 

A pesar de ello, no se me confundan, sigo pensando que AMLO se equivoca mucho, y que una de sus peores idioteces es tomar decisiones con base en consultas amañadas o a mano alzada, manipulando también la Opinión Pública, en perjuicio de los mexicanos.