La discusión pública en México es lo más parecido a un pleito de borrachos. Pareciera que nuestro país se ha convertido en una gigantesca cantina, que espero sea preludio del gran proyecto que le falta a la 4T, para consolidarse en el poder: El Mega Congal del Bienestar.

 

Pues inevitablemente participo en este pleito de borrachos. Me la están haciendo de pedo algunos borrachines seguidores de Claudia y también algunos seguidores de Xóchitl, porque yo afirmo que no sé quién va a ganar la elección. Ellos están convencidos de que van a ganar, seguramente porque fueron con algún adivino de esos que les leen la suerte en sus nalgas.

 

El más grandulón de la cantina, que ya anda pedísimo, está provocando al vecino, que está mucho más mamado, porque anda dispersando el rumor de que tiene nexos con el Crimen Organizado, y todos los demás estamos estupefactos, porque ese cabrón ya nos ha chingado a todos muchas veces.

 

En este contexto viene el debate de hoy, al respecto:

 

  1. El debate valdrá madre, salvo si lo aprovecha Xóchitl para darle más publicidad al libro de Anabel, sobre un secreto que para muchos no ha sido un secreto; aunque muchos se han hecho pendejos al respecto y exigen pruebas validadas por Jesús Cristo o al menos por Jesús Malverde, y notariadas, por supuesto.
  2. Lo relevante es quién ganará la elección. Ya se los dije: ¡sepa la chingada!
  3. El dato de la lógica nos dice que ganará Xóchitl, no tanto por ella y los muchos pendejos que la rodean, pero sí por el derrumbe ético (en las dos acepciones de Max Weber, de convicción y de responsabilidad), social y económico de la 4T.
  4. Adicionalmente, sectores influyentes como la iglesia y la intelectualidad menos pendeja apoyan a Xóchitl.
  5. El dato a secas, nos indica que ganará Claudia por muy amplio margen.
  6. La duda se presenta porque quienes apoyan a Claudia son una amplia masa de sectores marginados, beneficiarios de los programas asistenciales, que tienden mucho a la abstención. Esto tenemos más de tres años advirtiéndolo, y ahora hasta los encuestadores e intelectuales lo comentan.
  7. El abstencionismo será determinante en el resultado.

 

Al margen de todo lo anterior, AMLO ya descuajarachingó el proceso, violándolo más que a diplomático mexicano en Ecuador. Serán las cortes, quizá internacionales, las que decidan quién gana la presidencia. Sin descartar que, en el inter, nos agarremos a chingadazos. Las condiciones son más que propicias para el desmadre.

 

Salvador Borrego, Ph.D.
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