El origen de la estridencia.

 

En una arena política desgastada, sin propuestas creíbles, auténticas o novedosas; donde todo es un juego de acusaciones e indignación, la gente naturalmente prefiere a los actores más estridentes y radicales.

 

Después de que en la medición anterior culminaron algunas señales de deterioro en la imagen presidencial, esta semana vemos nuevamente signos de (frágil) estabilidad. Los indicadores siguen mostrando hartazgo ciudadano con la política de siempre, por lo que—de no renovarse el espacio público—probablemente seguirán destacando esas figuras sobre las que (para nuestro aburrimiento) los medios de siempre y la oposición no dejan de darles publicidad.

 

Por ejemplo, el monitoreo muestra un brinco de alerta positiva para Fernández Noroña en el _Top of Mind_ como próximo Presidente de México. Aunque, en efecto, este fenómeno podría ser una peculiaridad de la muestra (recordemos que en el monitoreo se integra con pocas entrevistas, cuyo fin es permitir ver con oportunidad movimientos interesantes como éste), hay que destacar que el hipocentro (el conjunto de segmentos que empuja hacia arriba al indicador) está conformado por personas que tienen *educación hasta preparatoria o técnica*, quienes *aprueban la labor de AMLO* y la alianza electoral de *MORENA*, así como quienes tienen *ingresos de entre 5 mil y 8 mil quinientos pesos mensuales*. Es decir, la base de MORENA en la que se había venido desgastado la imagen presidencial.

 

De igual manera, en la encuesta vemos que los puntos que ha perdido el Presidente en el indicador de quienes desean que sea el próximo presidente de México, los ha ganado Noroña (quien aparece ya en un tercer lugar) y no—alguien como—Marcelo Ebrard (la ficha en la 4T de la oposición nostálgica y suspirante), quien aparece más bien estable con un 5%. Este último, por cierto, recibió unos cuantos golpes mediáticos sobre cuestiones relacionadas con la Cancillería, y aunque no están muy presente en la mente de los mexicanos (la gente sigue enfocada en el coronavirus y la inseguridad), quizá sí hicieron mella en los grupos fieles a MORENA que están más informados.

 

Por otro lado, vemos que el rechazo a los partidos de siempre está subiendo. Cerca de 26% jamás votaría por la alianza PRI-PAN-PRD (rechazo que conocíamos desde antes de que se consolidara la estrategia aliancista, pero aún así los tomadores de decisiones de estos partidos siguieron con la idea) , consolidando a Movimiento Ciudadano como segunda opción de simpatizantes de MORENA o de los otros partidos y haciendo que el porcentaje de encuestados que votaría por *Ninguno* registre una advertencia negativa. Hoy, la identificación partidista por la alianza opositora PRI-PAN-PRD no llega ni al 10% y la intención de voto para sus candidatos a diputados apenas alcanza este porcentaje y va a la baja. También, en el indicador de peor político ya comienza a aparecer “Todos” con casi 10%.

 

Si los políticos que dicen estar muy indignados con el de enfrente, fueran capaces de comunicar ideas (ya no digamos un proyecto) para mejorar el ingreso, la salud y la seguridad a los ciudadanos, quizá tendrían más éxito incentivando a la gente (votantes no partidistas, sí; pero también simpatizantes de MORENA) a votar por ellos y no a vengarse de ellos. Este esbozo debe ser dirigido a votantes que ganan menos de 8 mil 500 pesos mensuales, más del 80% de la población, según la encuesta de SABA. Si los opinólogos, estrategas y candidatos no están pensando en esto, simplemente son ellos quienes no están pensando.