Es muy importante cuando se analiza una encuesta juzgar la redacción de las preguntas, entre otras características que las preguntas de una encuesta deben contener una fundamental es la claridad en su redacción en referencia por supuesto de las características de las personas que se van a entrevistar.
Así por ejemplo una redacción que puede resultar clarísima para un tipo de población bajo estudio pudiera ser confusa para otra o al menos para un sector de otra población de interés.

A manera de ejemplo les comento que entre los resultados que estamos obteniendo sobre el perfil de cómo deseamos los mexicanos que sea el próximo presidente de la república, hemos obtenido un porcentaje muy elevado de personas que señalan como grado máximo académico deseable el doctorado.

Algunos compañeros que tienen ese grado académico, ante nuestros resultados (45%), ya habían empezado a tomar providencias haciendo modificaciones en su guardarropa (algunos comprando chamarras de color rojo) y en aspecto de su imagen personal, pero yo le he pedido que antes de seguir adelante veamos con detenimiento sino será una confusión inducida por la forma en que estamos realizando la pregunta.

La forma en que se hace la pregunta en referencia es la siguiente: Le voy a leer varias opciones de características personales. Dígame por favor su opinión de cuáles debería tener el próximo Presidente de la República / Estudios (Opciones de respuesta: Estudios básicos, Estudios Profesionales, Maestría, Doctorado y Le es Indiferente).

Es muy probable que para muchos de nuestros entrevistados no esté claro que la opción doctorado signifique el máximo grado académico de cualquier especialidad. Lo más probable es que al escuchar esa opción de respuesta piensen en los médicos, que es uno de los grupos profesionales más reconocidos y queridos en México y que en consecuencia ese 45% que obtenemos sea un dato distorsionado y que por tanto debamos tomarlo en reserva.

¿Cuál sería la solución a esta situación? es la pregunta obligada. Si tomamos en consideración que un porcentaje importante de nuestros entrevistados no tienen ningún grado de estudios (5%) o apenas tienen estudios de primaria (15.45%), es probable que muchos de ellos no tengan una idea clara de la clasificación de los grados académicos.

Una solución entonces podría ser mantener la pregunta tal como está pero explicarles a los entrevistados cuales son los grados académicos con el riesgo de que algunos de ellos se molesten por presuponer su ignorancia en el tema, o que generemos confusión o las dos cosas.

Otra alternativa es ser menos ambiciosos en nuestras intenciones de recabar información y solicitar únicamente que nos digan si desean que el próximo presidente tenga estudios básicos solamente o una carrera profesional también.

Una tercera opción podría ser dejar la pregunta tal como está pero presentar los resultados, y así hacerlo saber con referencia únicamente a las personas que tengan un cierto nivel educativo mínimo que pudiera ser la secundaria o la preparatoria.

A final de cuentas lo medular en este tema es que siempre será importante revisar la reducción de las preguntas por ello es fundamental que los medios de comunicación cuando presenten resultados de encuestas nos digan exactamente cómo fueron redactadas cada una de las preguntas.

Hasta la próxima.