Mi pasión seria, hasta donde puedo serlo, es la política (tengo otras, más cargadas a mí incurable hedonismo) pero hasta donde he podido le he sacado la vuelta a la política militante, refugiándome en mi actividad profesional, que me permite vivirla intensamente sin pagar el precio de las formas propias de los actores políticos, que me resultan insulsas o ridículas, en especial cuando rayan en la solemnidad o en pretendidos heroísmos.

A lo largo de treinta y tres años he seguido decenas, casi centenas de procesos electorales y de gestión pública, y a fuerza de vivir tan de cerca la evolución de los fenómenos políticos, alguna idea tengo de las probabilidades de los futuros posibles que surgen a cada paso de la evolución o el devenir histórico, diríamos de modo más elegante.

Hoy por hoy tenemos, entre otros muchos, los siguientes futuros posibles:
1. Que AMLO y Morena se fortalezcan a grado tal que ganen las elecciones del 21 y el 24, con los duros de Morena teniendo el control.

2. Que AMLO y Morena mantengan una fuerza menguada, pero que les permita mantener el poder aunque bajo el control de sectores menos radicales.

3. Que AMLO y Morena se deterioren a grado tal que se derrumbe la 4T, y una coalición de partidos opositores avance el 21 y gane la presidencia el 24.

Hay otros futuros posibles tan desafortunados y tristes que prefiero ni mencionarlos.

En el contexto de polarización que vivimos, es claro que el extremo chairo sueña con el escenario 1, y que el extremo fifí sueña con el escenario 3, pero yo creo que el que ofrece las mejores condiciones para México es el escenario 2: que Morena siga, pero que enmiende los claros errores y locuras que está cometiendo, rescatando lo mucho de bueno que tiene. Mejor aún sería que AMLO no espere a desgastarse más ( la aprobación es una ilusión manipulada por los casos judiciales) y que sea él mismo quien encabece la corrección de sus errores; pero eso lo ubico, más que en el ámbito probabilístico, en el milagroso.

De acuerdo al reporte recién publicado por el CONEVAL, durante los últimos diez años de neoliberalismo, se lograron reducciones en los siguientes indicadores de pobreza, en términos porcentuales con respecto a la población del 2008 y 2018.
1. Personas en situación de pobreza se redujo en 2.7%.
2. Pobreza extrema se redujo en 3.6%.
3. Rezago educativo se redujo 5%.
4. Carencia por acceso a seguridad social se redujo 7.7%.
5. Carencia por acceso a servicios de salud se redujo 22.5%.
6. Carencia por acceso a alimentación se redujo 1.5%.
7. Carencia por acceso a servicios básicos en vivienda se redujo 3.1%.

¿En su opinión, estas cifras indican un éxito o un fracaso?