La historia y la ciencia sabrán responsabilizar a todos.- Jair Bolsonaro

 

La propaganda política en estos tiempos polarizantes, tiene como propósito influir en la opinión pública, en la Muchacha, buscando que su juicio se fundamente más en las pasiones y en las emociones, que en los hechos que indican los resultados de los gobernantes.

 

El problema de la propaganda es que sus efectos son temporales, efímeros, porque se agotan, pues finalmente la realidad se impone. Por ello a final de cuentas los mejores gobernantes son los que dan los mejores resultados. Como diría el líder comunista chino Deng Xiaoping: “No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”.

 

Lo anterior viene a cuento porque tenemos a la vista a dos “gatos” de Liaoning diferente color, AMLO en México, y Jair Bolsonaro en Brasil, el primero liberal y el segundo conservador, con resultados contrastantes. Los idealistas de la izquierda, y muchos más, en atención a sus propósitos, esperarían mejores resultados de un liberal humanista, pero los hechos muestran que el conservador retrógrado está resultando una sorpresiva y grata experiencia para su pueblo. En tiempos de pandemia en México se incrementaron los pobres y en Brasil disminuyeron.

 

Allá cazaron ratones y aquí no casamos ni madre, y al único pinche ratón que atrapamos lo vemos comiendo en un restaurante de lujo.

 

Allá no se registran escándalos de corrupción y aquí nos revela el portal emequis, que tenemos una versión cuatrotera de la Estafa Maestra.

 

Los resultados nos muestran que este gobierno está fracasando, que no es un buen gobierno, por más que la publicidad gubernamental distorsione la percepción de la Muchacha.

 

Más temprano que tarde, como dice Bolsonaro, la historia y la ciencia sabrán responsabilizar a todos.

 

Del juicio de la historia podemos tener algunas dudas. Por lo menos habrán dos versiones, la de Enrique Krauze, inevitablemente implacable, y la de Paco Ignacio Taibo II, que escribirá sobre AMLO y la 4T, las páginas más gloriosas de la historia de México, dictadas por la estimulación anal que alguien le generará con algún instrumento doblado.

 

 

Del juicio de la ciencia es de lo que AMLO y sus seguidores deberán estar horrorizados. ¡En el ámbito científico no nos andamos con chingaderas!

 

En resumen, el contraste entre México y Brasil evidencia la tesis que por largo tiempo he defendido: ¡Debemos recuperar la racionalidad! Los resultados en Brasil son mejores, porque a pesar de su condición conservadora, Bolsonaro no renunció a la racionalidad. En México nos está yendo de la chingada, porque a pesar de su condición liberal y humanista, AMLO perdió la razón.

 

No es esto una invitación a voltear hacia la derecha en México; es una invitación, una deprecación, a que en la próxima elección nos cuidemos de no elegir a otro pinche loco.

 

¡Sensatos de todos los partidos, uníos!

 

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