Escalan las diferencias entre los sensatos y los polarizados de Morena.
Mucha tinta y caracteres han corrido a raíz del vergonzoso escándalo de la persecución, bajo cargos de delincuencia organizada, a un grupo de científicos mexicanos.
La tímida reacción de Claudia Sheinbaum, al catalogar como exceso a esta fea acción de la FGR y de la directora del CONACYT, alimentó en mi la esperanza de que AMLO no estuviera detrás de este disparate y ahí muriera la cosa, pero una vez más pequé de optimista. AMLO dejó en claro que está de acuerdo en ir contra los científicos.
Lo menos relevante, a pesar de lo inverosímil del tema, fue la absurda lectura pública que AMLO hizo de un infamante tuit, que no transcribo por el mínimo respeto que me tengo a mi mismo.
Lo que para mi tiene la mayor relevancia, fue la exposición pública de las diferencias entre los personajes de Morena que conforman los sectores sensatos y los polarizados de Morena.
Destaco a dos personajes que tuvieron el valor de deslindarse del absurdo. A Santiago Nieto, quien sin ambages, declaró que “la UIF no fue creada para investigar instituciones académicas” y a Ricardo Montreal, quien con mayor contundencia declaró que: “Hay que respetar la autonomía de todas las universidades del país. Si me preguntan de qué lado estoy, estoy del lado de la UNAM. Si me preguntan de qué lado estoy, estoy del lado de los científicos. Si me pregunta de qué lado estoy, estoy del lado de la justicia”.
Así las cosas, compañeros, mientras la oposición no de color, el futuro del país quedará determinado por el desenlace que se dé, al interior de Morena, de la lucha por la definición del candidato para el 2024. Es un asunto de Micropolítica, diría mi reciente, pero entrañable amigo, el Dr. Alfredo Cuellar.
Por supuesto que yo le voy a los sensatos, pero me encantaría que la oposición construyera una fuerte candidatura. Aún hay tiempo, es cosa de que no se apendejen.
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