Anaya 1 – AMLO 1

 

Pero no sabemos si Anaya saldrá para el tercer round. Se ve muy madreado

 

La semana pasada, el gran tema fue el desaseo judicial con el que se pretende llamar a cuentas a Ricardo Anaya. El presidente salió raspado por los videos de Anaya, acusándolo de encubridor de sus hermanos, y declaramos el marcador 1-0 en favor de Anaya.

 

Esta semana a Anaya le dieron hasta por debajo de la lengua las huestes de la 4T, pero algo que le pudo afectar más, es que lo evidenciaron como mentiroso, pues resultó falso que se iría, en tiempo futuro, a su dorado autoexilio, sino que ya disfrutaba de éste desde julio. Un exilio, por cierto, muy diferente al de las penurias de Benito Juárez en Cuba y Nueva Orleans, donde tuvo que chingarse como obrero, doblando puros en la industria tabacalera.

 

Sabrá Dios cuáles las razones, pero en este segundo round Anaya quedó ligeramente jodidísimo, y AMLO ni se despeinó, y en el indicador del Top of Mind registró 11.2%, un valor récord (adjunto gráfica).

 

Por su parte Anaya, en ese mismo indicador (Top of Mind) de intención de voto, de manera espontánea, para la presidencia, registró 0%, y no sólo eso; en el indicador de Mejor político, también registró 0% y, para rematar, en el de Peor político registró 5.8%, que es una clara alerta negativa y un valor récord (adjunto graficas).

 

En resumen, Anaya no se ve en condiciones de salir para el tercer round, podríamos decir que es un KO técnico, pero ya veremos qué deciden él y sus seconds.

 

Cuando Anaya reapareció en la arena política, comenté que eran buenas noticias para AMLO, pues este muchachito es garantía de división para la oposición, por todos los cadáveres que tiene en su clóset.

 

Cuando AMLO se fue contra él comenté que, una vez más, el presidente se equivocaba; y ahora que para revivirlo un lugareño de Atlanta le tiene que dar respiración boca a boca, pero podría no reaccionar, se abre la posibilidad para que la alianza opositora encuentre un buen candidato que sea garantía de unidad.

 

Veremos qué sigue, pero creo que bien haría Anaya olvidándose por un tiempo de la política. No siguió la recomendación de AMLO, de presentarse ante el juez en el penal, muy probablemente para ser hospedado ahí, pero de ese modo estar en la batalla. No lo hizo; culum non bellicus, o lo que es lo mismo, los culeros no van a la guerra.

 

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