Estaríamos mejor, si no estuviéramos peor.

 

Después de tres años de desafortunadas decisiones, todo indica que AMLO empieza a darse cuenta del abismo entre sus “otros datos” y la realidad; parece que ya se dio cuenta de que no estamos mejor.

 

Inevitable recordar aquella letanía: “Estaríamos mejor con López Obrador, estaríamos mejor con López Obrador, estaríamos mejor con López Obrador…”

 

Pues resulta que las consecuencias de tantos yerros conceptuales, la pobreza en los criterios para la toma de decisiones (donde el prejuicio

 

desplazó a la ciencia y a la experiencia), son ahora tan pero tan evidentes, que hasta el mismo AMLO lo reconoce.

 

En condiciones normales, esto es, en caso de una persona normal, reconocer que las cosas no salieron bien conduce a la autocrítica, a la revisión y a la consecuente corrección. Pero AMLO no es una persona normal: El es excepcional, el jamás se equivoca, y lo que ha hecho, que no se ha traducido en mejoras, en realidad sí son grandes avances, pues en caso de no haber llegado a la presidencia, según su declaración de ayer, “México sería un caos, estaría destrozado, hundido y habría más muertos por COVID19”.

 

¡Qué tal! ¡Agradecidos debemos estar con AMLO! Y debemos prepararnos para la nueva letanía: “Estaríamos peor sin López Obrador, estaríamos peor sin López Obrador, estaríamos peor sin López Obrador.”

 

La pregunta es, si la Muchacha le va a comprar esta nueva chupaleta. Lo aceptó con la ilusión de que estaría mucho mejor, porque su anterior galán la tenía con penurias (nada más le daba pa’ lo diario) y éste le resultó impotente.