¡Entre gitanos no se lee la buenaventura! ¿Nos irán a perdonar la burla en la ONU?

 

Mañana AMLO dirigirá un discurso anticorrupción ante la asamblea de la ONU. Ante presidentes y dignatarios de los otros países del orbe.

 

Quizá lo menos grave del asunto, es que lo hará en medio del escándalo de la boda de su zar anticorrupción.

 

Lo muy grave, es que, en el contraste entre su receta para lograr el desarrollo armónico de nuestras sociedades, y los resultados que ha conseguido en tres años, más lógico sería sugerir a la corrupción como método para reducir la pobreza (con su anticorrupción aumenta), para elevar la cobertura de asistencia médica a la gente (con su anticorrupción disminuye importantemente), para bajar los índices delictivos (con su anticorrupción se duplican), etc.

 

La clase de pinacates a los que dirigirá AMLO su discurso, no se irán con la finta de su cuchareada (comprando la voluntad de los más pobres) popularidad. Dirigirán su mirada a los resultados, e inevitablemente entenderán que nuestro querido presidente pretende hacer del defecto una virtud, o que vive en una realidad alternativa que le hace creer que la corrupción ya terminó, cuando sigue vivita y coleando.

 

Mi deseo es que los señores de la ONU tengan la generosidad de tender un velo de piedad sobre nuestro presidente, y lo escuchen con atención y respeto y le prodiguen un misericordioso aplauso.

 

Mi pesadilla, es que en algunos rostros de los asistentes se asomen algunas sonrisas o risitas burlonas. Ojalá no.

 

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