A AMLO, se la siguen pelando.

Con una aprobación de 72.2% y desaprobación de 18%; una calificación promedio a su gestión de 7.6, con un porcentaje de calificaciones altas (de 8 a 10) de 68.3% y de calificaciones bajas (de 0 a 5) de 15.9%, a pesar de los pesares y contra toda la lógica política de nuestra intelectualidad que afirma, pendejamente, que AMLO va en caída libre, el presidente navega, paradójicamente, tranquilo en medio de la tormenta.

 

Las paradojas de la política no están al alcance de las encuestas de los aficionados. Se debe profundizar más en el análisis estadístico, y también más en el análisis político, y los que por lo común trascienden a los medios de comunicación masiva son de tal pobreza metodológica, que solo generan confusión, expectativas que no se cumplen y la consecuente frustración.

 

¿Por qué es tan difícil bajar las evaluaciones a AMLO? Básicamente por una razón: Los pobres agradecidos.

 

Veamos: 24.8% con ingresos mensuales abajo de 2500 pesos; 36.1% de 2500 a 5000 y 18.2% de 5000 a 8500, nos da un total de 79.1% de mexicanos en condiciones de apremio, para los cuales los apoyos que reciben de AMLO (así lo entienden ellos) es una bendición (muchos de ellos rezan cada noche para que Dios lo cuide). Por tal razón es muy, pero muy difícil que dejen de apoyarlo. Y menos por “sutilezas”legales, en un pueblo sin ley.

 

Todos los presidentes han tendido el apoyo de los más pobres, sin importar signos ideológicos; es lo que llamo el “bono de la miseria”. Lo que AMLO ha hecho es magnificar la miseria con cada vez más pobres, magnificar en consecuencia el “bono de la miseria” y derivado de ello amurallarse, blindarse ante todo tipo de ataques.

 

Se ve tan complicada la situación, que hasta el INE ha perdido su legitimidad ante los mexicanos, pues ante tantos mandarriazos que le ha propinado AMLO, la aprobación a su gestión ya anda abajo del 50%, 48.5% para ser más precisos.

 

¿Qué es un contrasentido? ¡Por supuesto que sí! Tenemos el peor gobierno de la historia reciente en México, pero también una oposición que no está a la altura, que sigue sin entender las complejidades de la dinámica política actual, y el único que les podría ayudar soy yo, pero nada quieren saber de mí, porque además de pendejos son arrogantes (por supuesto que yo también, pero de manera justificada, ja ja).

 

Ahora bien, no todo es miel sobre hojuelas para el residente de Palacio Nacional. Sí se aprecian indicios de deterioro para AMLO, que podrían llegar a joderlo si insiste en hacer tantas pendejadas y no encuentra pronto una salida del atolladero en que lo metió su hijito.

 

La desaprobación, en el Monitoreo, alcanzó un valor de 27.4%, rayano en la línea de Alerta Negativa. Lo grave no es esa estimación, sino lo que aparece en el Hipocentro, pues tradicionalmente el sector crítico contra AMLO ha sido quienes tienen más de 15 años de estudios, y ahora aparecen también quienes tienen de 12 a 15 años y los preparatorianos. Son los adolescentes intelectuales, los que jodieron a Peña Nieto, los más cabrones, y ahora se están alineando contra AMLO.

 

¿Qué va a pasar? ¡Sepa la chingada! Pero es claro que la Muchacha no entiende de razones y sigue encaprichada con AMLO y sus quimeras. Pero también es cierto que, como la trifulca no cede, que escala cada vez más, se mantiene, como futuro posible, que AMLO inicie la ruta que lo conduzca a la chingada (su ranchito).

 

Así las cosas, compañeros, les adjunto las gráficas que sustentan mis afirmaciones. Veremos la próxima semana cómo sigue esta historia.

 

Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.