AMLO atrapado en su laberinto.

 

Esta semana ha sido especialmente difícil para AMLO. Han sido muchos sus errores, que iniciaron desde antes de asumir como presidente, y han sido sus promesas y sus juicios, para condenar adversarios o mostrar una superioridad moral (que algunos nunca le hemos visto), los que han ido formando un laberinto en el que justo esta semana el presidente de sus seguidores parece atrapado.

 

Dejo, entre paréntesis, que no digo ni mi presidente ni el presidente de todos los mexicanos, porque él, con su absurda polarización, renunció de facto a esa condición. Luego entonces, no es mi presidente, pero si le reconozco que es el presidente de una mayoría de mexicanos, 68% aproximadamente, que aprueban su gestión y sus locuras.

 

Aclarado el punto, veamos sólo dos de las cosas que esta semana le han complicado la vida a AMLO:

 

1. El reportaje de Carlos Loret de Mola sobre la casa en Houston de su hijo mayor José Ramón, que al principio fue ignorado por AMLO, generó tal escándalo en las redes sociales, que hoy tuvo que salir el presidente a defender el punto, agravándolo aún más. Los criterios que AMLO y sus seguidores usaron para juzgar a la Casa Blanca de Angelica Rivera, fueron diques que hicieron más complejo el laberinto en que se ha convertido la presidencia de AMLO.
2. El presidente anduvo de mal humor en la supervisión del tren maya. El rostro presidencial en un evento público que ayer circuló en redes sociales tiene una muy probable explicación en la nota de hoy, que nos dice que AMLO amagó con quitarle el contrato a una de las empresas constructoras del tren maya, porque va atrasada en sus tiempos.

 

Así las cosas, compañeros. AMLO está atrapado en el laberinto que él mismo construyó. Es ya una contradicción con patas. Y por más jodido que tenga su sentido de autocrítica, todo indica que ya le empieza a afectar, y para colmo de males, en condiciones de salud no óptimas, que deben generarle una situación emocional complicada.

 

Hoy mediremos de nuevo; nos asomaremos una vez más a la conciencia colectiva nacional, o en términos más románticos, al corazoncito de la Muchacha.

 

Una alerta positiva en nuestros monitoreos de aprobación o calificación indicará que la Muchacha sigue bajo los efectos del chantaje emocional. Una alerta negativa indicará que ya se cansó de tantos pretextos y renuencias a asumir sus responsabilidades como presidente.

 

Si no se registra alguna alerta, significará que las fuerzas encontradas siguen en equilibrio; en una condición (68%) favorable a AMLO.

 

Mañana les platicaré cómo quedan las cosas, pero antes les platico una historia que tiene que ver con el chantaje emocional: Sucedió en Río Bravo, Tamaulipas, donde los hombres se matan para que les compongan un corrido y las viejas son muy bravas. A un amigo mío se le ausentó la esposa; con muchas dificultades de chantaje emocional la había retenido en su casa, pero esta vez sí abandonó el nido. La localizó, llamó a su puerta, ella la abrió sin invitarlo a pasar; él, con el llanto en sus ojos, cayó ante ella de rodillas suplicándole perdón, olvido y regreso; su mirada fue de profundo desprecio, y sus palabras, que precedieron el portazo en sus narices, fueron: “cállate maricón, que así menos me convences”.