Como en muchas cosas, la concepción que tenemos de una idea o tipo de personas, no aplica para todos o todas, pero sí para un grupo amplio o mayoritario. En este caso me interesa comentar sobre los proveedores, y lo hago con muchas dudas y tiento, porque por casi 40 años he sido proveedor tanto para gobiernos como para la IP.

 

Lo que me induce a escribir sobre los proveedores, es un artículo que publicó, en El Norte, el Ing. José Antonio Fernandez Carbajal, el pasado 6 de septiembre, bajo el título “Prosperidad Compartida”. Para apreciar el talante de este artículo, les comparto el siguiente párrafo:

 

“Las empresas debemos asegurar que ningún colaborador viva bajo la línea de pobreza y pueda adquirir la canasta básica. Que no dependa de programas sociales que, si bien han tenido un impacto favorable, sin empleo formal siempre serán insuficientes. Ofrecer salarios dignos es cuestión humana y de justicia y, además, ayuda a las compañías a atraer y conservar al mejor talento, para bien de consumidores e inversionistas”.

 

Pero el párrafo que tiene que ver, de manera directa, con los proveedores, es el siguiente:

 

“El tercer aspecto es el fomento de las pequeñas y las medianas empresas, que son las que generan más empleos y más de la mitad del PIB. Las PyMES deben ser socias estratégicas de grandes empresas que las traten con respeto, contribuyan a su desarrollo tecnológico y, pagándoles a tiempo, permitan su financiamiento”.

 

Lo más encomiable de este párrafo, es la sugerencia de que, a los proveedores, SE LES PAGUE A TIEMPO.

 

El efecto de no pagar a tiempo es devastador para los proveedores, entendidos éstos como los dueños de empresas medianas o pequeñas, que viven el drama de no poder cubrir sus nóminas o pagos diversos, solo porque su amado cliente decidió tomarlo como fuente de financiamiento a interés del 0%.

 

Sería interesante contar con estadísticas al respecto, pero puedo asegurarles que una causa de muerte relevante de proveedores, a través de infartos, accidentes cerebro vasculares o de plano suicidios, tiene un nombre: INCUMPLIMIENTO DE PAGO.

 

Hay países como Chile, que en sus leyes contemplan la obligación de empresas y gobiernos, de pagar a sus proveedores en un plazo no mayor a un mes.

 

Ernst Friedrich Schumacher, en su libro “Small is Beautiful”, en un esfuerzo por humanizar al capitalismo, desliza una palabra discordante en el frío contexto empresarial o de gobierno: La Compasión (Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien. RAE). Y justo es eso lo que gobiernos y grandes empresas deberían hacer por sus proveedores: SER COMPASIVOS.

 

Ahí queda el tema para quienes deseen considerarlo. Créanme que no es un tema menor.

 

Por lo pronto, todo indica que este jueves dirigiré mi MESA GRILLERA.  Es una mesa abierta, ángeles y demonios son bienvenidos.

 

Salvador Borrego, Ph.D.
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