La anti corrupción no es un asunto dentro de la agenda de la mayoría de la población.

Los números que obtuvo Saba Consultores en sus mediciones hasta el 13 de abril claramente indican que el debate entre tres aspirantes a la gubernatura de Nuevo León no impactó ni tuvo efecto sobre un 81.6% de entrevistados que el día 13 de marzo dijo estar sufriendo algún tipo de dificultad o estrechez económica.

También, en la encuesta de Saba un 24.4% de entrevistados dijo estar impactado por las lluvias y por las muertes que éstas causan en un área metropolitana supuestamente moderna; sólo un 5.3% dijo tener presente el debate o las campañas políticas.

Por lo tanto, ante una población mayoritaria que representan los entrevistados, el debate pasó desapercibido porque ninguno de los participantes apeló al sufrimiento económico de la mayoría de la población que incluye a clases medias y a sectores acomodados, y en su lugar se concentró en el dogma liberal de que la corrupción de los políticos es la causa de todos los males.

Todos y cada uno de los participantes presentaron quejas contra tal o cual administración o contrincante prometiendo acabar con la corrupción, un “tema” que para la mayoría de la población no es crucial ni determinante para sus vidas.

Por esta razón, Ivonne Álvarez debería ser la primera víctima de este debate (por no haber asistido), pero “está viva y goza de cabal salud” ya que obtiene un 19.1% en el Top of Mind, sólo a unas décimas abajo de Jaime Rodríguez quien obtiene un 19.6%.

En intención de voto y en el rubro de “si hoy fueran las elecciones por quién votaría”, Ivonne no sufrió ningún descalabro al obtener un 22.7% ligeramente abajo del Bronco quien obtuvo un 24.3% el día 13 de abril.

En pocas palabras, el debate no rompió el triple empate y no hubo la debacle que se esperaba de la candidata priista porque simplemente, a pesar de los esfuerzos de los participantes por quedar bien, el debate se dirigió a responder una agenda dominada por la idea de combatir la corrupción de los políticos y funcionarios como solución a todos los males, asunto que no corresponde a una población hambrienta de empleos ni a una mejoría en el nivel de vida que da estabilidad y felicidad a las familias.

La anomia social típica de las economías liberales está a toda lo que da y por eso, entre otras cosas, todavía un 67.2% de los entrevistados en el periodo medido dijo no sentirse identificado con ninguno de los partidos políticos