Segunda semana
Fue en 1993 cuando empecé a evaluar la evolución de homicidios en Nuevo León. Por aquella época andábamos entre 3 y 4 homicidios por cada 100000 habitantes por año, más o menos como en París y muy por debajo de Nueva York con 28 y de Washington con 30. Hoy tenemos ciudades con valores superiores a 100.
Monitorizar los homicidios dolosos es importante, porque representan un indicador muy valioso del fenómeno delincuencial en términos generales. Se podría evaluar la condición de Seguridad Pública de un país, estado o ciudad, usando este indicador de homicidios por cada 100000 habitantes por año.
Al margen de precisiones, que ojalá alguno de ustedes nos pueda comentar, es claro que estamos muy mal en casi todos los estados de México, y que las esperanzas no se cifran en llegar a estar “bien”, sino en conseguir alguna mejora significativa en términos no solo estadísticos; también en términos prácticos.
Monitorizar semanalmente los homicidios en México, nos permite saber si estamos mal de manera estable, si estamos mal, pero mejorando o si estamos mal y empeorando. Es claro que quisiéramos conseguir un esquema de mejora continua.
Para ello, estos monitoreos permiten evaluar las acciones que se toman. Esta semana, por ejemplo, se hizo un despliegue militar en Culiacán, Sinaloa, que incluyó el alarde de Omar García Harfuch de caminar Culiacán. Muy probablemente el propósito era conseguir la disuasión, esto es, que los generadores de violencia le bajaran a su pedo, pero nuestro Monitoreo no indica mejora. Sigue indicando estabilidad, al menos en el contexto nacional. Ojalá sí haya tenido efectos en Sinaloa.
Les dejo la gráfica del Monitoreo. Seguiremos con esto la próxima semana.
Salvador Borrego, Ph.D.
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