AMLO y el PRI frente a frente; el caballo negro llamado Carlos Slim sorprende en los careos.

El panorama político comienza a presentar dinámicas interesantes, en especial porque la supuesta opinión publica emanada de los medios de comunicación y analistas políticos, nos invita a creer que el PRI es un partido derrotado con anticipación en la próxima contienda presidencial; nada más lejano a la realidad.

No solo el PRI presenta fortalecimientos, también el presidente, ambos con alertas positivas en aprobación a la labor del mandatario, peor político, simpatía partidista para el PRI e intención de voto por partido para la presidencia. Lo trascendente en los indicadores de simpatía e intención de voto es que ambos presentan tendencias a la alza, señal clara de una recuperación vigorosa a nivel nacional.

Enrique Ochoa fue atacado por diversos analistas y medios por haber declarado que “no deberían descartar al PRI” en las elecciones de este 2018, lo cual fue un comentario premonitorio y acertado, a juzgar por los resultados obtenidos por SABA. No hay derrota más anticipada que creer que ya se triunfó en una contienda sin haber terminado los plazos establecidos para competirla. Las elecciones presidenciales se terminan el día de la elección al ver los primeros resultados del PREP, en ese momento veremos el inicio de la conclusión de la contienda, no antes.

Con gran desconocimiento de la realidad político- social, se hacen declaraciones infundadas y por demás fantasiosas: “nadie quiere al PRI”, “el triunfo de AMLO es inevitable”. Tales ideas parecen estar generando precisamente los escenarios contrarios; el PRI se fortalece y AMLO ve amenazada su ventaja en cuanto a posicionamiento frente a otros personajes y en el terreno partidista.

La naturaleza política de AMLO comienza a acentuarse, pues las percepciones polarizadas comienzan a hacerse evidentes, ya que en el indicador de “peor político” presenta una alerta negativa impulsada por los sectores de ingreso y educación alto, mientras que en el top of mind presenta una advertencia positiva posicionándose como “el rey” en ese indicador, pues nadie le hace sombra.

La lectura de parte del equipo de AMLO a estas cifras podría generar un “falso positivo”, pues pensar que el líder de MORENA no tiene competencia en este indicador no significa que tenga el camino libre. Si analizamos al PRI, en realidad tiene una fortaleza similar a la de MORENA y si algo tiene arraigado el PRI es la disciplina y el empuje de toda la base y estructura electoral hacia quien resulte ser el candidato, aunque en los careos o intención de voto por el momento no aparezca ninguno. Dicho de otro modo, quien sea el candidato posiblemente absorba esa fortaleza partidista y se posicione frente a frente con AMLO.

Las crisis graves del sexenio ya pasaron y es muy improbable que se presente otra de igual magnitud en lo que resta de tiempo para las campañas, dándole un respiro al PRI y oportunidad de fortalecerse. AMLO por su parte incrementa sus malquerientes, posiblemente por evidentes contradicciones en su campaña: por un lado, incluye a Alfonso Romo para atraer sectores empresariales, pero por otro incluye a John Ackerman, defensor de políticos como Nicolás Maduro, lo cual podría estarle creando un discurso esquizofrénico, generando desconfianza entre el electorado escéptico de la moderación de AMLO. Esta hipótesis se fortalece al observar los grupos sociales que lo deterioran en “ peor político”: ingresos de 20 a 50 mil pesos, quienes tienen más de 15 años de estudios, quienes tienen hasta maestría, quienes tienen hasta doctorado y ejecutivos.

La aparición aquí de los ejecutivos debe preocupar a su campaña, pues previamente lo han fortalecido en su etapa más moderada de esta nueva faceta que busca acercarse al sector empresarial .
La gran sorpresa de los careos entre candidatos: en todos los posibles escenarios AMLO se encuentra en empate técnico con Carlos Slim Helú.

A pesar de que hace meses se mencionó su posible candidatura independiente, el mismo empresario dio una conferencia de prensa mencionando que no estaba interesado. Por el momento no hay elementos que puedan hacernos pensar que va a ir por la vía independiente, ya que conlleva un largo proceso de recolección de firmas y de creación de una estructura electoral a nivel nacional, aunque ningún escenario queda descartado.