La evolución histórica de las encuestas, explica que entre los encuestadores haya todo tipo de especímenes. Pero desde 1948, con Paul Lazarsfeld y Samuel Stouffer, quedó sólidamente establecido el muestro probabilístico, como la forma más confiable y científica de realizarlas.

 

Se deriva de lo anterior que los profesionales de las encuestas son los estadísticos, y que el mercado está lleno de aficionados.

 

Pues bien, ahora tenemos que una encuestadora nos dice que AMLO tiene una aprobación de 68% y otra nos dice que tiene 39%. Una clara señal de que el gremio anda perdido, y la suspicacia de que ahora tengamos, encuestadores con causa.