A pesar de la baja aprobación del presidente y gobernador, el PRI se mantiene sólido y fortalecido. El PAN, en modalidad competitiva con Guillermo Anaya a la cabeza.
Mediáticamente, Coahuila ha sido un estado muy controversial, en especial desde la gubernatura de Humberto Moreira, seguido de los casos del ex tesorero y ex gobernador buscados y enjuiciados por la justicia norteamericana, junto con acusaciones de desfalcos y deuda pública. Para la lógica de muchos medios de comunicación y analistas políticos, el PRI “no tiene nada que hacer “en Coahuila. Sin embargo, los resultados de esta evaluación reflejan un panorama más complejo y la condición del partido muy aparte de sus personajes.
Los altos niveles de desaprobación del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador Rubén Moreira no parecen afectar la presencia y fortaleza del PRI en el estado, ya que tomando en cuenta estos factores, el hecho de que el PRI y el PAN estén en empate técnico en simpatías y en intención de voto por partido, revela lo poco que afectan los personajes políticos estatales en el vigor del partido y en su base electoral.
Esta hipótesis se fortalece y se enriquece al observar que, en los indicadores de posicionamiento político, por ejemplo, el de “mejor opción para la gubernatura”, Javier Guerrero García, presenta una alerta positiva en este indicador. El PRI por su parte reduce sus malquerientes como institución pública, ya que en “¿por quién nunca votaría?”, el partido presenta una advertencia positiva. Las condiciones como partido para el PRI son en algunos aspectos más favorables a las que tiene el PAN, aunque Acción Nacional tiene personajes mejor posicionados, como el caso de Guillermo Anaya, quien por el momento tiene la ventaja en los indicadores del Top of Mind y “mejor opción para la gubernatura”.
En contraste con este movimiento, el panista Luis Fernando Salazar se deteriora en “peor opción para la gubernatura”, con una alerta negativa.
Los principales problemas del estado son la inseguridad y el desempleo, siendo este último factor por el momento el más preocupante, ya que presenta un incremento con una advertencia negativa. Estos indicadores son de utilidad para los precandidatos para realizar una “lectura social” que les permita articular una campaña basada en las necesidades y/o exigencias sociales. A pesar de que la inseguridad se encuentra presente de forma importante en la opinión pública, en especial por la aprehensión del ex alcalde de Allende, por el momento es el tema del empleo lo que parece generar más incertidumbre social.
El caso del PRI es interesante, ya que la percepción del partido parece no estar completamente ligada a sus personajes en el poder, como es el caso del presidente y el gobernador, ya que mantienen una postura competitiva ante los demás partidos, aunque por el momento carecen de un personaje que sea competitivo ante Guillermo Anaya, o que por lo menos tenga la misma fortaleza política que él tiene en este momento.