Es innegable la relevancia política que cobró recientemente el Distrito Federal con el debut de MORENA como fuerza política, en especial porque este hecho generó un cambio en la estructura de poder que rompió con la hegemonía del PRD. Es por esto que muchas dinámicas sociopolíticas en el DF giran en torno a MORENA, a sus personajes y al efecto generado en los demás partidos, a pesar de ser oposición y no un partido gobernante.

Llama la atención la naturaleza de la conciencia política capitalina ya que, como se puede observar en la tabla de acontecimientos más presentes en la Encuesta SABA, el suceso más presente en la mente de los ciudadanos del DF es “la muerte de la alcaldesa de Temixco”. Por el momento la opinión pública también está poblada por sucesos de carácter local, pero es interesante que un suceso ocurrido en otro estado sea el foco de atención de la capital, en especial porque refleja una empatía más allá de la problemática inmediata. Se sugiere una sensibilidad en relación a los sucesos de este tipo; condición que puede resultar intrascendente en estados que regularmente son azotados por la violencia.

La simpatía partidista presenta un escenario interesante pues los partidos políticos dominantes –MORENA, PRD, PRI, PAN– obtuvieron valores que prácticamente los posicionan en empate técnico y sugiere que, a pesar de la incursión de MORENA, el DF todavía se encuentra en una etapa de transformación política que sacude el tablero y que no parece arraigar fuerzas como en sexenios pasados cuando el PRD dominaba. Esto quiere decir que si el nuevo instituto político quiere expandir y mantener la presencia que ha obtenido, no debe percibir este logro como un posicionamiento con ventaja concreta para el 2018.

Por otro lado, la desaprobación del presidente fue alta con un 63.3%. Esta cifra no es atípica en la capital ya que, aparte de que esta zona no es afín al partido del presidente, aquí la ciudadanía expresó el mayor malestar respecto a lo acontecido en Ayotzinapa.

Llama la atención la aprobación de Mancera tomando en cuenta el amplio margen con el que ganó la elección de 2012: un 63.56%. Su deterioro es evidente en la polarización sobre la percepción de su mandato: lo aprueba un 43.9% y lo desaprueba un 46.5%.

En la percepción de los políticos también se encuentran datos interesantes: AMLO es el líder en el indicador del “mejor político” seguido de Miguel Ángel Mancera, pero en la percepción de “peor político” es donde se presenta un triple empate: Peña Nieto, Mancera y AMLO.

El escenario electoral con miras a la sucesión del jefe de gobierno también presenta información valiosa. Por ahora en intención de voto por partido, MORENA es el partido puntero seguido del PRD (aunque no muy lejos); el PRD fue golpeado duramente pero no ha quedado fuera de la contienda. Lo más trascendente aquí es que tanto las Alternativas Independientes, como el PRI y el PAN se encuentran en empate técnico, por lo que no se debe descartar que esta opción pueda tomar más fuerza política si MORENA o los demás partidos sufren deterioros en sus bases.
Finalmente, el “top of mind”, indicador donde se pregunta “¿quién le gustaría que fuera el próximo jefe de gobierno?”, también muestra datos de interés. AMLO es el líder de este indicador reflejando que, aunque él busca abiertamente la presidencia, la gente no tendría ningún problema en posicionarlo otra vez como jefe de gobierno. Martí Batres y Ricardo Monreal figuran después de AMLO otorgando un escenario de ventaja a MORENA ya que, al menos por ahora, tiene mejor posicionados a sus actores que otros partidos.