Me gusta la intransigencia de AMLO por cobrar impuestos. Celebro que Walmart finalmente haya pagado 8 mil 79 millones de pesos, correspondientes a la venta de la cadena de restaurantes VIPS.

 

También creo que el sistema tributario es injusto. No permite deducir muchos de los gastos de las empresas y personas físicas, generando impuestos más allá de lo razonable. Para enfrentar esto, los contribuyentes acuden a recursos legales o ilegales, como una forma de supervivencia para muchos, y de riqueza mal habida para otros.

 

Quizá muchas de las leyes en México sean incumplibles, asumiendo que trataremos de burlarlas. O quizá lo sean como forma de control político, al crear condiciones óptimas para aplicar la máxima juarista de: a los amigos justicia y gracia, a los enemigos (hoy adversarios) justicia a secas. Si Ricardo Salinas no paga, será lo segundo.

 

Lo más sensato que requerimos, lo que urge, es una reforma fiscal que sea razonable y justa, además de sencilla, para que no pagar impuestos deje de tener justificantes. Por supuesto que quedará pendiente el tema de que nuestros impuestos se apliquen de manera sensata, y que no sean utilizados para comprar voluntades e intención de voto. ¿Verdad?