Antonio Velazco Piña, en un pequeño libro titulado “El círculo negro”, nos revela la existencia de una sociedad secreta que dirigía al PRI en sus años de gloria. Eran cinco personajes, entre los cuales se podría advertir, como posible, a Don Fidel Velázquez; la identidad de los otros cuatro es un misterio.
Esta sociedad secreta entendía a México como una “monarquía sexenal”. El presidente podía hacer lo que le diera la gana, pero a los seis años debía retirarse. Si se hacía pendejo y le seducía la idea de perpetuarse o de ejercer un maximato, el Círculo Negro tenía los recursos para hacerlo entrar en cintura, y entre sus opciones estaba asesinarlo.
El triunfo de ayer de Claudia, con mayorías calificadas en el poder legislativo, ya sin contrapesos, la ubica, más que como presidenta, como una reina, con el inconveniente de que tendrá junto a ella a un Rey Feo, por no decir que ojete, en este carnaval en que se ha convertido la vida pública nacional.
Claudia no tendrá un Círculo Negro que le quite de encima a su Rey Feo, y ese será su primer gran reto. De algún modo lo sorteará.
¿Cómo nos irá con su majestad Claudia Primera? Pues como a ella le dé la gana. Podría ser tiránica como Enrique VIII, indecisa como Luis XV o luminosa como el Rey Sol Luis XIV.
¡Qué Dios salve a la reina!
Salvador Borrego, Ph.D.
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