• Se le “ceba” a El Bronco el caso Medina, y el PRI se fortalece, mientras la delincuencia y el desempleo hacen estragos entre la población.

Me ha comenzado a dar pereza escribir sobre el caso de Rodrigo Medina, el cual fue más estrategia de campaña que intención real, en especial al hacer comparaciones con los demás gobernadores que también han emprendido acciones con sus antecesores, como Miguel Ángel Yunes –que denunció a Javier Duarte ante la PGR–, Javier Corral en Chihuahua o Claudia Pavlovich en Sonora, entre otros.

Este tema ya es cansado porque nunca se llegó a nada, y dudo que llegue a algo. La opinión pública también comienza a percibirlo de esta forma, ya que “El Gobernador no hace nada en el caso Rodrigo Medina” se posiciona entre lo más presente en la mente de los ciudadanos. Ya se perdió el impacto que podría tener el Gobernador en relación a este caso, pues comienza a percibirse como un engaño de su parte.

Por otro lado, la delincuencia y el desempleo incrementan su percepción como problema prioritario del Estado, y toman sentido al observar el estado actual de la mente colectiva neolonesa: lo más presente para los ciudadanos son las muertes y las balaceras. Este indicador, junto a la condición de la opinión pública, apunta a un incremento significativo de la delincuencia y criminalidad, a la par de que las condiciones económicas empeoran.

Se sugiere que este incremento de violencia tiene más relación con las deterioradas condiciones económicas que con viejos fantasmas de alteración del orden público como el crimen organizado que, aunque no ha desaparecido, se presenta en modalidades que responden a este tipo de causas: robo a casa habitación, asaltos, asesinatos por robo y secuestros. La dinámica delincuencial dista mucho de las balaceras a medio día y en cualquier lugar, que caracterizaron la primera parte del sexenio de Rodrigo Medina.

Además, la falta de generación de empleo y crecimiento económico tiene correlación con los “ahorros” del gobierno, cuyos beneficios nunca llegan y parecen más destino de caja chica para la presidencia que para beneficio social.

Mientras el Gobernador se “pasea” con precandidatos a la presidencia y se enfoca en la dinámica nacional electoral, el Estado presenta una crisis de inseguridad. Esperamos que los números presentados le abran los ojos ante esta problemática.

Las omisiones y pecados del Gobernador no vienen sin un costo político, y en este caso es más que evidente: el PRI se fortalece en simpatías partidistas al igual que el Presidente Enrique Peña Nieto, además, se reducen los malquerientes de Rodrigo Medina, e Ivonne Álvarez vuelve a presentar movimientos positivos ante la pregunta hipotética de “¿por quién votaría en caso de repetirse la elección?”.

Sin duda alguna, el PRI es el partido que obtiene más ventaja del descalabro del Gobierno de El Bronco, ya que los matices en rubros como seguridad pública parecen apreciarse mejor en este momento en contraste con los presentados al final del sexenio de Medina, donde se articularon Grupos de Reacción Inmediata para reducir la criminalidad junto con la retroalimentación de organizaciones civiles. En este sentido, la administración actual no tiene un plan estructurado, y esta situación comienza a cobrarle políticamente a El Bronco.

En este día, al PRI lo favorecen quienes ganan de 20 mil a 50 mil pesos mensuales, sector que favoreció a El Bronco en la gubernatura.
Cuando la confianza en uno mismo se convierte en arrogancia, la derrota está más cerca que nunca.