Tal vez sea la propia simplicidad del asunto la que nos conduce al error. – Edgar Allan Poe.
La pasada semana hablábamos de la paradoja que supone el hecho de que una gran mayoría de mexicanos exprese una profunda inquietud por la inseguridad y la violencia, tengan ambas cosas muy en cuenta pero, al mismo tiempo, aprueben al conductor de sus destinos y teórico responsable de solucionar tal situación. Los datos de SABA Consultores de ayer lunes nos permiten, a través de las Cartas de Navegación Política, concretar y detallar la composición de los amplísimos respaldos de los que en este momento goza AMLO, y por ende, el proyecto continuista de Claudia Sheinbaum. Como aperitivo, hay que señalar que ambos, presidente y probable sucesora, refuerzan sus posiciones en esta medición.
El primero, manteniendo su nivel de aprobación y registrando un aviso positivo en calificaciones altas, es decir, en aquellos que con más alborozo aplauden al presidente. La candidata, batiendo de nuevo su récord en el “Top of mind” de aspirantes, y reafirmando su formidable distancia con respecto a su competidora, que se expresa en una proporción de 4 a 1 en intención de voto. Ni la consabida violencia, ni las acusaciones de corrupción, hacen mella alguna en la 4T. La oposición no da con la estrategia, porque, como veremos después, parte de ideas equivocadas.
Las Cartas de Navegación nos dicen que, en el apartado de calificaciones, AMLO sigue teniendo debilidad en Ciudad de México, los de más estudios y los de ingresos medios. Algo parecido sucede en aprobación, donde se produjo un retroceso entre los hombres, pero un avance entre las mujeres. En cambio, los de pocos o ningunos estudios, los de más edad, quienes trabajan en el hogar y, por supuesto, los perceptores de apoyos sociales son sus fortalezas más señaladas. Todos ellos, evidentemente, grupos mucho más numerosos que los que componen sus debilidades.
Puntualicemos que estos términos son relativos: si hablamos de debilidad, lo hacemos en función de sus muy favorables números, esto es, no queremos decir que todos los licenciados estén contra AMLO, pero sí que no están a su favor de un modo tan significativo. Ahora bien, no sólo la oposición, sino también Claudia, deberían tener en cuenta que las capas sociales que respaldan a la 4T son mucho menos participativas y por tanto más proclives a la abstención.
Para muestra, un ejemplo: el sector con ingresos de entre 2400 y 5000 pesos, en el que se integran muchos de los perceptores de programas sociales, figura en este monitoreo en el hipocentro de la serie que indica que descendió el interés por la política. Igualmente, son quienes menos propician la advertencia positiva para AMLO en el rubro de mejores políticos. La conclusión es un aviso para navegantes de ambos bandos: cuando hay poco interés, lo natural es que haya poco o ningún entusiasmo.
Así las cosas, Xóchitl avanza con muchísima timidez y no remonta. Todo indica que la presencia de Jorge Álvarez será meramente anecdótica. Que el frente lo tiene muy difícil, está claro, que equivoca su estrategia, también. No hay que razonar demasiado para darse cuenta de que insultar a quien recibe el respaldo de tres cuartos de la población es hacer extensivo el insulto a todos ellos.
La 4T puede parecer ayuna de inteligencia, pero la tiene, y no artificial, sino desde luego muy artificiosa, y da resultado. Los ciudadanos no son pendejos, en todo caso, son necesitados. Y lo que necesitan es defensa, no acusaciones. El día que Xóchitl y su equipo entiendan que los mexicanos necesitan que, de una buena vez, se les defienda de la manipulación y del engaño, del pan para hoy y el hambre para mañana, igual empieza el camino de equilibrar la disputa electoral. Dicho de otro modo, colaborar en la polarización es hacerle el juego a AMLO. Hay que ser constructivos, y sobre todo saber desde dónde construir.