Desde hace varias evaluaciones atrás, se puede percibir un fenómeno que tiene como eje central el gobernador Jaime Rodríguez “El Bronco”. El indicador de ¿Si volvieran a ser las elecciones y los candidatos fueran los mismos, ¿ por quién votaría?, nos refleja que la percepción del gobernador ha ido deteriorándose, ya que los valores reflejados en este indicador muestran un evidente desgaste relacionado al ejercicio del poder, a diferencia de la expectativa que generó en la campaña y justo después de haber sido electo. Aquí El Bronco ha presentado 8 alertas negativas de manera consecutiva. Su aprobación y la del presidente Enrique Peña Nieto ambas son impactadas con advertencias negativas, reflejando un panorama complicado por el momento para la administración estatal.
Los más “ganones” con esto parecen ser los panistas, quienes capitalizan el deterioro del gobernador, ya que en el indicador de “simpatía partidista” presentan una advertencia positiva, a la par de que quienes no simpatizan con “ninguno” también se reducen significativamente. Se sugiere que los abstemios o quienes no simpatizan con ningún partido podrían estar migrando a las filas del panismo, a juzgar por la dinámica de este indicador. Previamente los panistas que había decidido darle el voto al gobernador mostraron un “arrepentimiento”, el cual ahora cambia a un evidente regreso a su origen político. El PAN se ha beneficiado constantemente en este indicador a la par de los deterioros de El Bronco.
Un factor no muy alentador es que el “enemigo público” de la campaña del 2015, el ex gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, reduce sus números negativos en la percepción de “peor político”, sugiriendo que el malestar en torno a su figura se está reduciendo significativamente. Margarita Arellanes no corre con la misma suerte, pues ella incrementa sus números negativos en este mismo indicador de manera contundente, posiblemente por la trascendencia mediática que ha tenido últimamente al ser llamada a rendir cuentas. Si el gobierno estatal logra proceder legalmente contra Arellanes o contribuye a ello, podría resultar políticamente más favorable que ir tras Medina, por lo menos en este momento.
Los indicadores de percepción económica presentan números rojos, pues quienes perciben que: “apenas le alcanza”, “tiene que pedir prestado” y “tiene que gastar sus ahorros o bienes” para solventar su situación económica presentan un aumento significativo. Es posiblemente el factor económico lo que golpea con mayor fuerza la gestión y percepción del Bronco.
La política de austeridad y de incremento en el costo de bienes y servicios golpea tanto a las familias del estado como a la administración pública. La “astucia” económica de Fernando Elizondo parece tener el efecto de un veneno para el gobernador y para las familias del estado, a pesar de proyectarse como una habilidad admirable; Elizondo articula y el gobernador recibe los golpes políticos.