En mi libro “Los Monitoreos y Cartas de Navegación Política de SABA”, que se puede adquirir en Amazon, abordo el problema de las encuestas; en especial la necesidad de derivarlas de un Monitoreo, porque de ese modo podemos saber si conservan algo de utilidad, o han perdido valor.
Se explica que la encuesta es confiable solo cuando el Monitoreo del cual es derivada, muestra control estadístico o estabilidad, y que, en caso de no haber control, resulta más sensato tomar desiciones con base en el último dato del Monitoreo.
En el proceso presidencial terminamos con advertencia negativa y tendencia a la baja para Claudia, y con alerta positiva y tendencia al alza para Xóchitl.
En consecuencia, como lo he explicado en el párrafo anterior, para darnos una idea de cómo quedaba el proceso, nos tuvimos que quedar con los últimos valores del Monitoreo, que fueron: Claudia 51%, Xóchitl 26.4% y Jorge 12.8%; en consecuencia, la suma de las tres estimaciones fue 90.2%.
Por lo tanto, la proyección electoral, eliminando indecisos y a quienes rechazaban a los tres, se obtiene dividiendo los valores anteriores entre 0.902.
Los resultados derivados son: 56.6% para Claudia, 29.4% para Xóchitl y 14% para Jorge. (La computadora hace el cálculo con más decimales, por eso podrán apreciar diferencias de centésimas de punto si hacen los cálculos).
Si hacemos ahora el contraste con los resultados del PREP, con el 95% de actas computadas, encontramos que las discrepancias son muy pequeñas: 2.8% para Claudia, 0% para Xóchitl y -3.6% para Jorge.
Candid SABA PREP Error
Claudia 59.4% 56.6% 2.8%
Xóchitl 29.4% 29.4% 0%
Jorge 10.4% 14% -3.6%
El propósito de mostrarles lo anterior no es presumir de precisión en nuestras estimaciones (sabiendo que una buena encuesta puede fallar y una mala encuesta puede acertar), sino las siguientes:
- Mostrarles que muchos de los yerros de las encuestas se podrían prevenir, si en lugar de realizarlas de manera directa las derivan de un Monitoreo SABA.
- Que estos resultados, realmente muy precisos, echan por tierra la idea de que las encuestas telefónicas no funcionan (una leyenda negra que viene desde 1936, que no tiene sustento en la actualidad).
- Que se pueden obtener resultados confiables, aunque la muestra sea pequeña, a condición de garantizar rigurosidad en la aleatorización. En este caso, para el Monitoreo, el tamaño de la muestra es de 150 (el tamaño de la encuesta, que se conforma con cuatro puntos de Monitoreo, es de 600).
El tema de las encuestas y casas encuestadoras está muy presente, y debería abordarse con responsabilidad por los medios de comunicación. He escuchado barbaridades de académicos e intelectuales connotados, pero ignorantes en el tema estadístico. Les recomiendo que, si en verdad le quieren hacer un servicio al país, inviten a personas que al menos tengan Maestría en Estadística, para que expliquen con propiedad las cosas. Por supuesto que tendrán que excluir a casi todos los encuestólogos, aunque algunos gocen de mucha exposición y “prestigio”.
Salvador Borrego, Ph.D.
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