La llamada “guerra sucia” o golpes mediáticos hacia un candidato son una parte esencial de las campañas electorales, aunque abiertamente ninguno de los candidatos acepte hacerla. Campañas de contrastes, campaña de información u otro nombre sofisticado recibe a veces este enfoque mercadológico- político, que se utiliza con el fin de deteriorar la imagen y/o intención de voto de un contrincante.

Este proceso electoral no ha estado exento de este mecanismo, donde el primero en recibir golpes mediáticos fue Jaime Rodríguez “El Bronco”. Como se ha venido registrando en los resultados de SABA, los ataques en contra de Jaime lo favorecieron más que deteriorarlo, ya que gradualmente pierde efecto la llamada “guerra sucia”.
A pesar de que pudiera desafiar la lógica de algunos grupos sociales que no simpatizan con el gobierno en turno y con Ivonne, analizando en retrospectiva este proceso electoral, se podría intuir que el mensaje estaba claro desde el caso de El Bronco: entre más busques deteriorarlo más fuerza tomará, posiblemente porque la sociedad es más consciente de las intenciones partidistas detrás de los ataques. Felipe Calderón vino a recordarnos que los partidos no olvidan que a veces manchar la imagen del oponente tiene su recompensa electoral.

En el caso de Ivonne Álvarez parece haberse replicado este efecto, donde no se debilita sino que se fortalece gracias a la intensa búsqueda para vulnerar su capital político. A pesar de que sucesos que la podrían perjudicar, como muestra la Encuesta SABA en la tabla de acontecimientos más presentes, están en la opinión pública como: “la corrupción de la familia de Medina”,” la corrupción de Rodrigo Medina e Ivonne Álvarez”, no se genera por el momento un deterioro para la candidata. Nada está dicho y en la próxima evaluación podría deteriorarse, seguir igual o mantenerse, sin embargo, no sufre deterioros por el momento.

La veracidad de los argumentos utilizados para deteriorar a un candidato pierden relevancia, ya que al parecer más que poner atención a lo que se dice se cuestiona, es el ataque en sí mismo lo que posiblemente resta credibilidad a los partidos. Esta hipótesis se fortalece al observar que “quienes rechazan todos los partidos” presentan una advertencia a la alza, o sea, aumentaron.

Hay un claro mensaje para los estrategas políticos sin importar colores: la “guerra sucia” ha perdido su efecto y ha mutado hasta generar el efecto adverso que se propone. Las reglas en la política y sus enfoques van cambiando y parece que estamos entrando a un nuevo paradigma en la ciencia política.

Por último, hay quienes podrían estar incrédulos de esta dinámica dada la gravedad de las acusaciones contra la candidata del PRI y el gobernador. Les comparto un concepto usado en la psicología para intentar arrojar luz sobre el tema.

*Sesgo de confirmación: es la tendencia a favorecer la información que confirma las propias creencias o hipótesis. Se hace presente esta tendencia cuando la gente reúne o recuerda información de manera selectiva o cuando la interpreta sesgadamente, o dicho de otro modo, a su gusto.