Hoy se dio un zipizape, porque circuló un video de un hijo de Xóchitl haciendo el ridículo en las afueras de un antro fifí.

 

A decir verdad, un hecho intrascendente, salvo para los pendejos defensores a ultranza de lo políticamente correcto. Que un muchacho pendejo haga un desfiguro es de lo más común. Ya tendrá tiempo para madurar y todo indica que lo está haciendo.

 

La intentona por joder a Xóchitl por el evento referido hace un año, tuvo un revire fuerte, por el inevitable contraste con los hijos de AMLO, ya más grandulones y peludos, y más conscientes de las pendejadas que andan haciendo.

 

Creo que difícilmente impactará en la correlación de fuerzas este tema. Pero la motivación para dedicarle mi atención ha sido lo gratificante que me resultaron las actitudes maduras de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de AMLO, al salir en defensa del hijo de Xóchitl, y de la propia Xóchitl al agradecer la referida postura de Beatriz Gutiérrez M. ¡Es el primer episodio de civilidad, que observamos durante este proceso electoral! ¡Ojalá vengan más! En especial de AMLO, que anda como chivo en cristalería, poniendo en riesgo la equidad en la contienda, por no decir que ya la mandó a chingar su madre.

 

¡Ojalá sea el principio del fin de tanta salvajada de AMLO!

 

Salvador Borrego, Ph.D.
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