Cuando llegamos al final de una elección, de vez en cuando surge la expresión “too close to call”, que significa “no es posible predecir quién va a ganar”. Dicho de otro modo, es una forma de decir que cualquiera de los dos (podrían ser más de dos) candidatos pudiera ganar.

 

En realidad, es otra forma de decir que llegamos, al final de la campaña, en “empate técnico”; esto es, que la diferencia entre las estimaciones de los candidatos es menor que la suma de sus márgenes de error al 95% de confianza.

 

Por supuesto que es decepcionante que al final de la campaña nos salgan con la mamada de que podemos ganar o podemos perder, porque eso lo sabíamos desde un principio, pero las cosas así son.

 

Ante esto ¿qué nos queda? Una opción es apostar a que ganará el que tenga la mayor estimación, pero estando ya fuera de los límites de la Ciencia Estadística. Dicho de otro modo, es grande el riesgo de perder la apuesta.

 

Y recuerden: Entender la lógica de los procesos políticos, es entender porqué ganamos o porqué perdemos. ¡Nos ayuda a perder menos y ganar más!

 

Salvador Borrego, Ph.D.

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