A mis queridos clientes de ayer, de hoy y de mañana.
Aunque el término correlación tiene un sentido estricto en estadística, como una medida de asociación entre dos variables, la expresión “correlación de fuerzas”, que nos viene de la vieja izquierda, significa cómo es el estado de una competencia en un momento determinado.
Por ejemplo, cuando está por iniciar una campaña, una vez definidos los candidatos, nos dice el conjunto de valores de las intenciones de voto, de arranque, a favor de cada candidato, y podríamos incluir a los indecisos, a los que no contestan y a los que rechazan a todos los candidatos.
Estas últimas tres categorías (indecisos, no respondientes y rechazadores de todas las opciones), por lo común tienen una distribución similar a la de aquellos que sí expresan su intención de voto, hecho que se corrobora en la cercanía entre predicciones y resultados de encuestas de procesos estables (de esto hablaremos en la próxima lección). Pretender que estos grupos terminarán favoreciendo a algún candidato, es una fantasía común entre los candidatos en desventaja.
La intención de voto es la divisa fundamental en un proceso electoral; por ello debemos estar siempre atentos a la correlación de fuerzas.
Salvador Borrego, Ph.D.
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