Puedes tener excusas o resultados. Ambas cosas no. – Gal Gadot



La estabilidad es la nota predominante en los datos que nos ofrece SABA Consultores esta semana. Quiere esto decir que, como ha venido sucediendo, la figura de López Obrador sigue siendo esencial en el panorama político de México. A pesar del muy leve desgaste de pasadas semanas, mantiene más de un 70 % de aprobación, y en consecuencia, su sombra será muy alargada en el proceso electoral que se inicia. Sé que hay quien teoriza sobre Claudia Sheinbaum como carácter individual e independiente. Quién sabe, pero para mí tenemos por delante dos opciones. Una, la del nuevo maximato, en cuyo caso ya saben quién moverá los hilos. Otra, la de Morena como proyecto asentado y consolidado, y en ese supuesto Claudia se desvinculará de la figura saliente para ejercer, en ese caso sí, con personalidad propia.



Me inclino por la primera. Y en cualquiera de los dos casos, pienso que Sheinbaum es un producto genuino de la 4T, desde su retórica hasta su obediencia. Dicen que para evitar sanciones, habla en términos abstractos: austeridad republicana, economía moral, apuntes, visiones estratégicas, sueños… El mismo discurso vacío de su jefe, que no espero que adquiera especial contenido durante la campaña. Por supuesto, ni una mención al sonorísimo fracaso de la política de seguridad pública. Una apuesta clarísima por la continuidad, al abrigo de la popularidad indiscutible de AMLO, que sobrevolará la campaña sin estar en la boleta.

 


Por ejemplo, si observamos el “Top of mind” de acontecimientos, vemos que la tragedia de Otis permanece en cabeza. A pesar de la polémica sobre su gestión, una mayoría la califica positivamente, y en ese indicador de lo que piensan los mexicanos, se mencionan los anuncios de AMLO, las obras de AMLO, cómo acosan a AMLO… Lo de Otis está presente, pero olvidado a efectos prácticos, porque los acontecimientos, en estos tiempos, corren a ritmo vertiginoso. Creo que por eso los ciudadanos permitimos tanta pendejada: nos han acostumbrado a vivir bajo una sucesión de anestesias. Otro ejemplo: el asalto al poder judicial continúa, pero con sordina. La correlación de fuerzas entre aspirantes mantiene distancias, aunque Samuel inicia un avance en intención de voto, cuya importancia reside en quienes lo propician: los de menos ingresos y los perceptores de programas sociales. Todo un caladero de pesca que ha de manejar con gran delicadeza, porque restar apoyos a Claudia sin ofender a AMLO es la cuadratura del círculo. Ha de metérsenos en la mollera que a Andrés Manuel no se le puede criticar, ni por una cosa ni por su contraria.

 


Se ha generado un ambiente maniqueo en el que el presidente, por decreto, ha de llevar siempre razón, es infalible, diga una cosa o su contraria. Por eso Xóchitl se equivoca si pretende entrar en confrontación, porque amado líder siempre acierta en todas y cada una de sus contradicciones. En cuanto a Claudia, si llegara a gobernar por sí sola, quizá tire de la estrategia de las dos cartas, que relata Michael Douglas en la película “Traffic”. Un alto cargo recién nombrado se reúne con su antecesor para pedirle consejo, y este le entrega dos sobres cerrados y le indica que cuando sienta mucha presión lea la primera carta, y cuando sea ya verdaderamente insoportable lea la segunda. El nuevo dirigente arranca su mandato sin problemas, pero al cabo de un tiempo arrecian las críticas y abre el primer sobre, que dice simplemente: “écheme la culpa de todo”. Así lo hace, pero al tiempo, la presión se hace intolerable y abre la segunda, que dice: “vaya usted escribiendo dos cartas”. Creo que el programa de la 4T se basa simplemente en eso: aguantar en el poder a cualquier precio, y cuando llegue el momento, que pase el siguiente. La ciudadanía anestesiada aguanta cualquier excusa.