Recientemente hemos monitorizado la pandemia, tanto a nivel nacional como estatal (Nuevo León), para tener una forma de evaluar el desempeño de las autoridades sanitarias ante este flagelo.

 

Los resultados son desoladores. En la evolución de un proceso lo común es que tengamos alertas o advertencias positivas y negativas. En este caso todas son negativas.

 

Dicho de otro modo, no tenemos un solo indicio de mejora, ante lo cual urge modificar el esquema. Ante esta urgencia el Dr. Manuel de la O ha anunciado un replanteamiento estratégico para Nuevo León, que consiste en salir a contener los casos en las colonias con mayor incidencia de contagios.

 

No es mala idea, pero creo que un muestreo por conglomerados geográficos de 100 manzanas de la zona metropolitana de Monterrey, o de todo el estado, podría dar una mayor precisión, si se hacen las pruebas médicas para detectar contagios y hacer pruebas serológicas para detectar personas que hayan desarrollado anticuerpos para COVID 19. De este modo tendríamos una clara idea del tamaño del “animal”.

 

Al margen de nuestra observación, habla muy bien del Doctor de la O que cambie un esquema que no está dando buenos resultados.

 

Por parte del Dr. Hugo López-Gatell, lo que tenemos es una actitud auto complaciente, lejos de la rectificación; se ha empeñado en culpar a otros de los resultados desastrosos en un tema de su directa responsabilidad. Veremos qué pasa en los días que siguen. Ojalá que pronto registremos las primeras alertas positivas, que le den sustento a cambios razonables hacia la normalización en los semáforos pandémicos.

 

Pero hoy por hoy, mientras no se registren en nuestros monitoreos alertas positivas, cualquier relajamiento semaforil debe justificarse en términos puramente económicos, asumiendo la responsabilidad política de los muertos.