Por más que los polarizados insistan en la heroicidad y patriotismo de sus causas; los que pretendían juntos hacer historia y ahora apuestan por la división, y los que pretenden frenar sus avances prometiendo rescatar a México, yo sigo viendo la misma vulgaridad o elegancia, pero siempre fascinante, lucha por el poder.

 

Los polarizados insisten en que nuestras visiones y acciones se ubiquen en alguno de los polos: “es tiempo de definiciones, están con la transformación o en su contra”. Los que ya están definidos contra el gobierno hacen lo mismo.

 

Pero las almas libres tenemos muchas otras opciones, una de las cuales es disfrutar del magno espectáculo de la lucha por el poder, de la política en su más pura esencia. Mientras los polarizados pasan de la agonía al éxtasis ante cada acierto o descalabro de AMLO y Morena, las almas libres vemos, fascinados, cómo se están conformando los elementos básicos para la gran confrontación: la elección del 2021.

 

Por una parte se insiste en el tema de la corrupción, que de acuerdo a sus fantasías los llevó al poder, y se preparan, con una fruición desbordada, a degustar a Emilio Lozoya Austin, a César Duarte Jáquez y a Genaro García Luna. Esto corroborará lo que todos los mexicanos siempre hemos sabido: que en México hubo corrupción, y se apuesta a que el tema generará apoyo delirante a Morena.

 

Por la otra parte se apuesta a lo mismo. A la corrupción en México, pero no a la de antes, sino a la actual. Las adjudicaciones directas se prestan de manera natural a suspicacias, pero el caso del hijo de Manuel Bartlett es un triunfo inobjetable, que tuvo incluso su acuse de recibo en la molestia con la cual reaccionó AMLO ante el tema.

 

El gran reto de AMLO y Morena es que los electores centren su atención en el pasado corrupto y en un futuro promisorio, en la esperanza de que estaremos mejor. El gran reto de la oposición es seguir pegándole a la 4T en su línea de flotación, esto es, acreditarle su propia corrupción, y que los electores centren su atención en un presente desolador en los ámbitos económico, de salud y seguridad pública.

 

AMLO y Morena tratarán de exhibir ostensiblemente al PRI y al PAN como protagonistas indeseables en la elección del 21. La oposición hará una alianza con un nombre tan fuerte que les permita cobijar (ocultar) tanto al PRI como al PAN.

 

El mayor haber de AMLO y Morena es detentar el poder. El mayor haber de la oposición es la lacerante realidad que vivimos. En mucho los resultados quedarán determinados por el rol que jueguen, en las campañas, la ciencia y el talento político. ¡Cierren las puertas, señores!