Mantenimiento Preventivo, ¿concepto neoliberal?

 

Mi abuelo materno, Don Epifanio Alvarado, emigró del norte de NL al sur de Texas, y dedicó toda su vida, en Peñitas Texas, al cuidado de dos enormes bombas hidráulicas que brindaban el servicio de agua a esa parte del mágico valle de Texas. Mientras una bomba operaba a la otra se le daba mantenimiento, para de ese modo brindar siempre el servicio. Una forma ciertamente onerosa, tener dos bombas, pero claramente efectiva.

 

El desarrollo de la ciencia y la técnica permitió esquemas más económicos de previsión. El estudio de los tiempos de falla permitió que se derivaran modelos probabilísticos, como la distribución de Weibull, que permite los modernos esquemas de mantenimiento preventivo, cuyo principio básico es reemplazar piezas antes de que dejen de funcionar, pero aprovechándolas al máximo. De ese modo se logra el mínimo costo global, sobre todo en situaciones donde resulta muy elevado el costo de dejar de operar, como en el suministro de agua o el funcionamiento del Metro.

 

Lo anterior viene a cuento, claro, por el problema que tenemos en el Metro de la Ciudad de México, que claramente ha sido por desatender el mantenimiento, al dejar ese renglón sin el debido presupuesto y sin encargado directo. Se sabe además que tal restricción fue parte de las políticas de austeridad del gobierno federal, léase AMLO.

 

No extraña lo anterior. Recuerdo, en tiempos de AMLO como Jefe de Gobierno y Javier González (Latimba, para los amigos, un brillante doctor en matemáticas egresado de la UANL y militante de la izquierda) Director del Metro, que se incrementó la tarifa para atender las impostergables tareas de mantenimiento. Cuando llegó el dinero, AMLO le pidió a Javier que le notificara que no eran tan necesarias las tareas de mantenimiento y que le pasara el dinero (AMLO siempre necesita dinero), Latimba no estuvo de acuerdo y le renunció.

 

Quizá el concepto de Mantenimiento Preventivo sea neoliberal y conducirnos a la Buena de Dios sea más revolucionario, pero las consecuencias están hoy a la vista.

 

Decía Don Nicolás Maquiavelo, que lo que todo Príncipe prudente debe hacer es anticiparse a los problemas. Por ello la previsión de riesgos es fundamental. Cada vez tenemos más príncipe, pero menos prudencia. Y la verdad no sé si eso sea bueno, o malo. Usted, ¿qué opina?