¡Eso mi Presi!

 

Los polarizados me aburren. Siempre están hablando bien o hablando mal de AMLO y la Cuarta. No pueden, como ahora lo haré yo, que pienso que AMLO se equivoca mucho, reconocerle algún acierto como este que acaba de realizar, al ya no oponerse a que el sector privado participe en el gran proyecto de vacunación contra el COVID.

 

Se ha hablado del uso electoral de las vacunas como un propósito de AMLO, pero el impacto electoral del tema es inevitable. No es necesario exagerar haciendo ostensible quién proporciona la vacuna. Si se percibe exitoso el programa de vacunación antes de junio, será en abono a la fuerza electoral de Morena. Yo quiero que salgamos cuanto antes de esta pesadilla, aunque gane Morena las elecciones.

 

Corregir el error inicial de pretender monopolizar la distribución de la vacuna es un buen indicio. Ojalá que AMLO corrija otros desatinos y que avancemos, por el bien de todos, a un contexto de racionalidad en las decisiones gubernamentales y en la discusión pública.

 

Con la irracionalidad actual, a la larga las grandes mayorías saldremos perdiendo; la racionalidad nos garantizaría un lugarcito para casi todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

 

Si AMLO apostara por la racionalidad en la toma de decisiones, muchos de sus opositores serían mediatizados y algunos de sus críticos, como yo, no tendríamos empacho en reconocerlo y aplaudirlo.  No sería mala apuesta, pues sus seguidores son tan fieles, que lo seguirían apoyando aunque ya no haga tantas tarugadas.

 

saba@sabaconsultores.com

 

P.D. Cuentan sus biógrafos que alguna vez Agustín Lara pasó por un período depresivo. No recibía visitas y abandonó su cuidado personal. Cuando finalmente recibió a un grupo de amigos, les dijo que él ya no tenía nada qué hacer. Que su tiempo ya había terminado.

 

Hace unos días, les dijo, entré a un bar a tomar una copa. Estaba un jovencito al piano cantando sus propias canciones. Toca mejor que yo, compone mejor que yo. Aquel jovencito era Armando Manzanero.

 

¡Adiós Maestro! ¡Gracias por tus hermosas canciones!