La mejor forma de evaluar los procesos político-electorales, es a través de nuestros monitoreos SABA, registrados con derecho de autor desde hace años, pues nos permiten asociar acontecimientos con variaciones que fortalecen, debilitan o no surten efectos sobre los actores políticos. Esto nos permite probar hipótesis corriendo riesgos muy pequeños (menos de 0.05 de probabilidad) de equivocarnos.

 

La hipótesis a probar hoy, es la siguiente:

 

El caso Lozoya está afectando negativamente al PRI y al PAN. O, equivalentemente, está fortaleciendo a Morena. Para ello, en el esquema estadístico se supone justo lo contrario, algo que llamamos hipótesis nula, esto es, suponemos que el caso Lozoya no perjudica ni al PRI ni al PAN, o dicho de otro modo, que no beneficia a Morena.

 

Esta hipótesis nula se rechazaría, si en los monitoreos del PRI y del PAN de intención de voto para diputados federales, se registran alertas negativas, o bien si en el monitoreo de Morena, se registra alerta positiva. Pues bien, los monitoreos que adjunto, correspondientes al día de ayer, no muestran ni alertas negativas para el PRI ni el PAN, ni alerta positiva para Morena.

 

En consecuencia, el caso Lozoya no está teniendo los efectos devastadores que se esperaban. ¿Quiere decir que no impacta el caso Lozoya? Por supuesto que no, pero sí quiere decir que no impacta suficientemente, al menos hasta hoy, para superar el impacto negativo que tienen, en lo electoral, los temas de seguridad pública, manejo de la pandemia, elementos de corrupción dentro de la 4T y sensibilidad presidencial ante las tragedias de los mexicanos.

 

Por lo pronto, en el caso Lozoya, el único que va ganando es: el propio Lozoya.