Entre lambiscones te veas / No me des un beso más / Que tu boca está marchita

Afrodita (la diosa regente del amor, del dulce placer y de los engaños de la pasión) de Gilberto Urquiza.



Compañeros y amigos, al tiempo de escribir estas líneas AMLO está pasando a perjudicar a la democracia y a la división de poderes que heredamos de John Locke y Charles Louis de Secondat (Montesquieu); nos está regresando a los años 70’s y eso me hace sentir rejuvenecido, como cuando tenía 20 añitos, de cuando las muchachas volteaban a mirarme; años de excesos de los que nunca me he arrepentido, aunque un poco sí, de no haber hecho más desmadre, de vivir, como recomendaba el célebre Mateo Sáenz, como si fuera el último día de nuestras vidas, y de estudiar como si no fuéramos a morir nunca.


Para muchos debe ser un horror entrar a un mundo desconocido; van a valorar, por ausencia, lo que hasta hoy estamos disfrutando, pero para otros será el regreso a una jungla en que aprendimos a vivir o sobrevivir siendo, de algún modo, oposición.


Hoy se da un paso definitivo en las consecuencias, que muchos advertimos, tendría dejar pasar o impulsar a AMLO. Lo dijimos a tiempo; otras voces más autorizadas y potentes como la de Ikram Antaki también lo hicieron; no nos hicieron caso, ahora chinguémonos todos.


Por supuesto que no es bueno este retroceso, pero tampoco será el tobogán terrible que inevitablemente mandará todo al carajo, ni la maniobra genial que le permitirá a AMLO lograr todos sus sueños de maximato y de heroicidad.


Inevitablemente AMLO seguirá enfrentando los siguientes dos problemas que habrán de aniquilarlo como opción política:


1. La realidad; que cada día le cierra más el sitio donde está atrapado. Obras desastrosas, salud pública que no nos ofrece ni siquiera morir con dignidad, educación abandonada a su suerte, seguridad pública a merced de la “buena” voluntad de los delincuentes, cada vez más pobres y una economía que ya tiene dificultades para al menos seguir repartiéndoles miserias

2. Las contradicciones internas en Morena. La definición de Armando Guadiana (el viejo del sombrerón) como candidato para Coahuila, con la muy entendible rebeldía de Ricardo Mejía que ya se hacía gobernador, es la continuación de conflictos internos y muy probablemente el inicio de rupturas muy serias, que muy bien podrían desembocar en un reacomodo interno de Morena, que podría permitirles mantener la presidencia en el 24, pero ya sin AMLO, y esto podrá ser de manera comedida y atenta o de forma grosera, dependiendo de las próximas locuras del propio AMLO y de la generosidad de quienes se hagan del control del partido. El más claro signo de descomposición al interior de Morena es que AMLO acaba de llevar su proclividad a la polarización hasta el interior de Morena, donde ahora nos dice que hay unos pinches lambiscones. O sea que en Morena ahora hay dos tipos de seguidores de AMLO, los lambiscones y los otros; y tendremos para diferenciarlos, la misma dificultad que tenemos para diferenciar a un chino de un vietnamita.


Es claro que quienes sueñan con derrotar a Morena el 24 y meter a AMLO a la cárcel, tienen una alta probabilidad de sentirse muy frustrados, aunque tienen todo el legítimo derecho de intentarlo (quizá hasta yo, profesionalmente, les ayude), porque entre más vigorosa sea la oposición más presión tendrá Morena para desembarazarse de AMLO.


Y por último, quienes seguimos la filosofía de que el que espera poco se decepciona menos, y nos conformamos con que en el gobierno se recupere la cordura, la racionalidad, y que ya se vayan, aunque sea a un paraíso, AMLO y los pinches locos que lo acompañan, si al menos eso se consigue, respiraremos muy aliviados, y nos concentraremos en trabajar intensamente, en nuestros campos de especialidad, para levantar las ruinas que nos dejará el error del 18, esto es, el error de haber permitido que alguien como AMLO llegara al poder.


Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.