Desabasto de medicamentos: El crimen de estado en curso.
La piedad, la conmiseración, son buenas compañeras de la justicia; pero cuando solo aparecen para favorecer a criminales, que por centenas recuperan su libertad, para reincorporarse a sus actividades delictivas, se hacen sospechosas de complicidad, sobre todo cuando esa parejita, la piedad y la conmiseración, en AMLO, no se ven por ninguna parte cuando se trata de enfermos, en especial los que padecen cáncer, entre ellos muchos niños, que sufren el criminal desabasto de medicamentos.
Se estiman en más de 3000 las personas que han muerto por falta de medicamentos, y hoy, esos desafortunados pacientes y sus familiares, por enésima vez, van a exigirle a AMLO, porque no tienen otra opción, que les garantice los medicamentos; ya no que cumpla su promesa de que tendríamos un sistema de salud como el de Dinamarca, sino solo que las pinches farmacias del IMSS y otros hospitales públicos tengan los medicamentos.
Lo más triste es que de nada les servirá la Gran Caravana por la Salud de mañana, un verdadero sacrificio para los enfermos y sus desgastados familiares, porque después de cuatro años de hacerle al pendejo con el tema, las huestes de AMLO se han dado cuenta de que la logística para la distribución de medicamentos es un tema complejo; más allá de la comprensión y dominio de pendejos, aún honestos y de buena voluntad.
Padecer cáncer, aún teniendo la mejor atención médica, es un calvario, tanto para los pacientes como para sus seres queridos; agregarle la carga de no contar con medicamentos y tomar las calles para protestar, es un viacrucis que nadie, ni siquiera AMLO, merece.
Mañana, nuestros pacientes sin medicamentos y sus familiares, los mexicanos más desafortunados, inútilmente buscarán una solución ante AMLO; no la recibirán porque no la tiene; y ni siquiera encontrarán conmiseración ni piedad detrás de las vallas de Palacio Nacional, porque toda la conmiseración y piedad que tenía AMLO, se agotó con tantos abrazos prodigados a los criminales.
Desabasto de medicamentos: Crimen de Estado, quizá con la atenuante de que no lo hacen por maldad o ambición, sino por algo que a veces es más peligroso: ¡por pendejez!
Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.