La lotería invertida: El gran engaño de AMLO.

En la lotería muchos pagan un poquitín, y muy poquitos ganan premios grandes. Heredamos de España la Lotería Nacional; un juego de azar masivo, en el que millones de personas compran boletos, enteros o en cachitos, y juegan su suerte con la esperanza de ganar el premio mayor, que les multiplica la inversión arriesgada por 10,000; esto es, un cachito de 100 pesos genera en el premio mayor un millón de pesos, pero hay otros premios de diferentes montos, hasta el reintegro, que significa que te devuelven tu dinero.

Todos conocemos a personas que compran boletos de lotería, pero muy pocos convivimos con afortunados que le hayan pegado al gordo.

Los programas sociales de AMLO son como una Lotería Invertida, esto es, al revés; aquí no son millones los que pagan algo, sino millones los que reciben algo; también una cantidad pequeña, y como el dinero que se les reparte es producto de haber cancelado otros programas sociales como el Seguro Popular y las Estancias Infantiles, y de haberse chingado muchos fideicomisos que existían para emergencias, en esta Lotería Invertida el que se la saca es el que se enferma de gravedad o es víctima de un desastre natural, acude por atención médica o ayuda a los lugares en los que antes recibía apoyo gratuito o muy barato, y le dicen: ¡Te sacaste la lotería invertida de AMLO! o sea, ¡te chingaste!

Sabemos de casos de personas que adoraban a AMLO, se enfermaron, acudieron a donde antes iban por atención, les informaron que AMLO se chingó esos programas, que se rasquen con sus uñas; entendieron el engaño, la trampa y la crueldad de AMLO; se hicieron anti- AMLO, y finalmente, murieron.

¿Cuántos casos como el anterior se han dado en México?, pues más o menos la cantidad que se saca el premio mayor en la lotería nacional. Y así como aquellos, a estos “afortunados” de la Lotería Invertida de AMLO, los conocen pocas personas. No todos, como en el caso de la persona referida, se dan cuenta de que fueron víctimas de AMLO. No son pocos los que seguramente mueren bendiciendo a AMLO, diciendo, con su último aliento: “Es un honor, estar con Obrador”. Ni modo compañeros, a veces la vida es así de ojete.


Así las cosas. dilucidar este tema es tarea ingrata. me siento como el venadito que intervino en una situación entre un conejo y un topo. les cuento:


Trotaba alegremente un conejito en un claro de un bosque, cuando repentinamente salió un topo de su pozo, casi frente a él, para decirle: “conejo, tienes fama de ser veloz, pero yo en mi ambiente subterráneo soy más rápido que tú; te reto a unas carreras, cada uno, en su ambiente, tú en la superficie, y yo bajo tierra”; el conejito, con una sonrisa burlona, le aceptó el reto.


«Pero debemos apostar algo», replicó el topo; «el que pierda, con honor, deberá someterse a la concupiscencia del vencedor», como diría mi amigo Catón, que, dicho en lenguaje culto, significa que el perdedor debería darle las nalgas al triunfador.


Junto a aquel árbol tengo otro pozo, le dijo el topo al conejo, y a la de una se lanzaron a la meta. Cuando llegó el conejo al otro pozo, el topo ya lo estaba esperando, con muestras de lívido claras de que se disponía a cobrar la apuesta, y el conejo fue de él.

«Para que veas que soy parejo», le dijo el topo al conejo, te doy la revancha. ¡Vámonos de regreso!

En eso estaban, cuando un venadito, que a prudente distancia observaba los retos y sus consecuencias, le gritó al sometido: “Conejo, no seas pendejo, son dos topos”. El conejo, indignado, dirigió una furiosa mirada al venadito, para exclamar: “¿Y a ti, quién te mete?”.

De nuevo, compañeros, así las cosas. La mayoría de las víctimas de esta inhumana lotería invertida de AMLO, seguramente me verán con fieros ojos, para exigirme que no me metan, que finalmente ellos están encantados con que se las metan.

¡Ni modo!