Inicia AMLO su largo viacrucis.



Se la metieron doblada al presidente, fue el cierre de un texto de Denise Dresser del día de ayer. Lo leí y lo olvidé. Pero a partir de hoy, cuando la frase fue pronunciada por el propio AMLO, la frase queda para la posteridad.


Una frase vulgar, sin duda, pero que tiene su origen en uno de los pinches locos de la 4T, y que ahora, ante la declaración de Donald Trump, que representa fielmente al sector más estúpido de los gringos, de que nunca había visto que alguien se doblara tan fácilmente, inevitablemente se la iban a aplicar a AMLO.


Cuando en los 80 se desató el flagelo del SIDA, uno de los primeros famosos contagiados fue Rock Hudson, por quien suspiraban muchísimas féminas y féminos. Se decía entonces que el principal sospechoso de haber contagiado al actor era el que lo doblaba.


Así las cosas compañeros. Este desdoro que sufren AMLO y su investidura presidencial, en un contexto de derrotas políticas, legislativas y judiciales, deja al presidente en una condición miserable, sin al menos la esperanza de que habrá de superarse la crisis, pues fiel a su estilo pendejo, en lugar de sacar la pata la hunde más.


Prueba de lo anterior son las demandas penales que Mario Delgado pretende presentar contra los diputados que votaron contra la contrarreforma eléctrica; van de pendejada en pendejada.


Al margen de lo que sigan diciendo las encuestas, que como hemos advertido múltiples veces, inflan la fuerza político-electoral de AMLO y de Morena, porque su composición actual de fuerza los hace depender del “bono de la miseria” y del “bono de la amargura”, el panorama para AMLO y la 4T es desolador. La guerra ideológica la tienen completamente perdida y sus recursos en la discusión pública están muy limitados y pobres.


La mejor síntesis del esquema discursivo de AMLO y sus apóstoles, para hacer razón la sinrazón y del defecto una virtud, nos la regaló, en una conversación de Facebook, el filósofo Juan Ángel Sánchez, cuando advirtió a un viejo militante de la izquierda, que inexplicablemente sigue apoyando a AMLO, en los siguientes términos para describir su modo rasonabilis (su forma de hacerse pendejos):


“Devalúa al mensajero, a quien ves como adversario o antagonista o enemigo, de ese modo se anula automáticamente el contenido de su opinión y ¡oh sorpresa! , me regocijo al darme cuenta ¡QUE YO, TENGO RAZON! Bravo por mí. Así soy leal a mi guía hasta la ignominia”.

 

Créanme, y si no me creen me vale madre, que sentí pena ajena por AMLO cuando escuché las aberrantes declaraciones de Trump, y más pena me dio cuando esta mañana, el propio AMLO, se auto denigró al poner en su boca la frase homosexualosa que Denise Dresser tomó prestada de Paco Ignacio Taibo II.

Acompañemos a AMLO en su viacrucis; algunos solo vamos observando y tomando notas, otros lo fustigan con sus látigos, como lo hicieron los romanos con Jesucristo. Pero tomemos en cuenta que AMLO se parece más a Dimas y a Gestas que a Jesucristo, y quizá más a los Jesucristos de Iztapalapa.

En consecuencia, tengan muy presente que, alguna vez, un Jesucristo de Iztapalapa tiró su cruz y agarró a madrazos a los romanos. Lo mismo nos puede pasar a nosotros; más aún, todo indica que, como la fiera está herida, estamos arribando al callejón no de los milagros del Nobel Naguib Mahfuz, sino al de los chingadazos.

Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.