Dice la Muchacha que la corrupción le vale madre, que les diga lo que piensa sobre eso y les platique de otras cosas.

 

El próximo mes de noviembre AMLO acudirá a la ONU a hacer el ridículo. Sustentará la tesis de que la corrupción es el principal problema del mundo, cuando no es ni siquiera, el principal problema de México.

 

Ya sé que entre los que hayan leído el párrafo anterior no faltarán algunos elaborando argumentos en apoyo a AMLO, pero en este caso el mejor juicio es el colectivo, esto es, el de la Muchacha, y ella, cuando le preguntamos cuál es el principal problema de México, nos dice que es la inseguridad. Y tiene lógica; ¿qué chingados le importa más a una madre o un padre de familia? ¿Que los neoliberales se hayan enriquecido o que Pío se hubiera chingado una lana, o que sus hijos lleguen con bien cada noche a sus casas? Es claro que lo más importante es salir de esta angustia constante derivada de la inseguridad.

 

Debo decir que me siento reconfortado, porque al menos AMLO no defenderá, ante la ONU, su política de “nalgazos, no balazos”.

 

Pero hablemos de otras cosas:

 

  1. En identificación partidista, en un mes, Morena ha perdido 8 puntos porcentuales, y con ello su voto duro ya no duplica, como hace algunos meses a la oposición; ya se puso pareja la cosa. Se adjuntan gráficas.
  2. En las últimas dos evaluaciones se han registrado descensos significativos (advertencias negativas) entre los que quieren que AMLO se vaya a “La Chingada”. Si sigue haciendo pendejadas, más gente se podría animar a aprovechar la revocación de mandato de marzo, y sacarle una gran flatulencia.
  3. La Tarántula entre las nalgas, Ricardo Monreal, avanza. Declarar que le meterían mano a la iniciativa presidencial sobre energía eléctrica, es acercarse a la postura de los taimados del PRI. Podrían quitarle, además de una coma, toda la sarta de pendejadas que contiene.

 

¡Avanzamos compañeros! Los sensatos de Morena y la oposición empiezan a echarse ojitos.

 

¡Sensatos de todos los partidos, uníos! Y no me dejen fuera a Enrique de la Madrid, que es la mejor carta que tenemos; ¡no se apendejen!

 

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