Dos cosas buenas de la 4T.

 

Durante estos días me he enterado de dos acciones de gobierno que me han parecido fabulosas: el reconocimiento y censo de personas con enfermedades raras y finalmente una reforma fiscal que simplificaría el tema.

 

En el primer caso porque he vivido de cerca el drama de pacientes que acudían al médico con la esperanza de alivio para sus dolencias, y éstos no tenían ni la más puta idea de esas enfermedades. Esto es un gran logro.

 

La segunda, porque se beneficiarían la gran mayoría de contribuyentes, que pagarían un porcentaje relativamente pequeño de sus ingresos, quitándoles una enorme carga administrativa, para la cual muchos no están preparados o nos resulta engorroso, requiriendo para ello contratar contadores profesionales.

 

En un descuido y hasta sube la recaudación, porque en estos bailes se presenta algo que podríamos llamar huachicoleo fiscal.

 

Sobre el primer tema, sin cortapisas, la decisión gubernamental es encomiable. Sobre estos temas, en especial el segundo, hay cosas interesantes qué comentar, como las siguientes:

 

  1. No veo estos temas en las redes sociales; quizá porque los polarizados anti AMLO no se permiten reconocer nada bueno de este gobierno, y porque los polarizados pro AMLO, más que ponderar sus cosas buenas están obsesionados por descalificar con denuestos a la oposición.
  2. Esta miscelánea fiscal generaría un desempleo brutal entre los contadores. Bajaría dramáticamente la matrícula en las escuelas de contaduría, y muchos de los actuales alumnos buscarían otras profesiones.
  3. Sería un golpe brutal a las factureras, pues ya ni siquiera se requerirían facturas. El SAT, con base en nuestros ingresos, nos pasaría la cuenta, y tan tan.
  4. Mis amigos suspicaces me han ubicado en más categorías de la PUP, porque dicen qué hay truco en el tema fiscal, pero según los expertos no hay truco ni maña.
  5. Si la oposición quiere hacer algo más que el ridículo ante Morena, deben entender que reconocer los aciertos de AMLO y la 4T, más que debilitarlos los fortalecería.
  6. Continuando con lo anterior, debemos centrarnos en recuperar la racionalidad en el gobierno, dejar atrás las locuras; y reconocer los destellos de lucidez de un loco es la mejor forma de convencer a la Muchacha de que los sensatos somos nosotros, y no que está ante el dilema de optar por un pinche loco, o por otro pinche loco.

 

 

Así las cosas, compañeros, termino con una proclama, parafraseando a Don Carlos Marx: ¡Sensatos de todos los partidos, uníos!

 

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