Cuando se llega con fantasías, se fracasa con realidades.

 

Conozco a Jaime Rodríguez desde que él era estudiante de agronomía; yo era un joven profesor de matemáticas de la Prepa 9, por aquellos años la más politizada de la UANL. En alguna reunión política coincidimos, en aquella época de intensa grilla universitaria.

 

Como tantos políticos mexicanos, llegó al poder por las circunstancias (en su caso porque Rodrigo Medina y Margarita Arellanes, le dieron en la madre al PRI y al PAN respectivamente), y también como tantos políticos mexicanos, su triunfo lo asoció no a causas externas, sino a la genialidad de él mismo y de sus asesores. Dicho de otro modo: el enjambre de pendejadas que hicieron en su campaña, le generaron una serie de fantasías, con las que se aprestaron a gobernar.

 

Los resultados están ahora a la vista de todos, y se resumen, en palabras del propio Jaime: “(Quiero) pedir disculpas a aquellos que tenían una expectativa mucho mayor a esto de mi accionar del gobierno”.

 

Sabrá Dios si los que votaron por él con entusiasmo tan desbordado, le irán a conceder una piadosa disculpa; lo que sí está claro es que se puede hacer pendeja a la Muchacha generándole miedos o resentimientos, para conseguir un voto emocional de castigo, pero a la hora de gobernar, si no se es eficiente, ineludiblemente se termina como un apestado. ¡Tal es el triste final de Jaime!

 

Pero algo hay que reconocerle a Jaime: La gallardía, la hombría, la majestad, como diría José Martí, de reconocer que las cosas le salieron de la chingada. O lo que es lo mismo: No hacerle al pendejo, ni tratar de hacer pendejos a otros, pregonando que sus pinches fracasos son éxitos, o culpas de alguien más.

 

Dicho de otro modo, reconozco en Jaime la grandeza que ni por asomo se le ve a AMLO.

 

Jaime es, hoy por hoy, un cadáver político, pero podrá resucitar. Como diría Winston Churchill, en política te pueden matar varias veces. Ya veremos qué pasa con él.

 

Finalmente, la Muchacha nuevoleonesa ha vuelto a apostar fuerte, ahora a favor de Samuel García. Su caso es muy similar al de Jaime; llega por las circunstancias, al igual que Luis Donaldo Colosio. Si no lo entienden, y pretenden gobernar sin una guía científica, basados en las fantasías que les generaron sus triunfos; irremediablemente tendrán un final tan triste como al que ahora arriba Jaime.

 

Para colmo de males, el entorno global hará más crítica la situación a que me refiero. Sin ir más lejos, la revista inglesa The Economist, acaba de publicar las conclusiones de un panel internacional de expertos sobre cómo será “el futuro que nos espera”; son veinte puntos muy relevantes, y el último de ellos contiene la siguiente aseveración:

 

“La innovación, la tecnología, lo natural y el pensamiento complejo, no lineal, tenderán a ser la base de la nueva realidad. Seguir haciendo lo mismo sin replantear sus actitudes y actividades en 2021 es ir directo al precipicio”.

 

¡Advertidos están!

 

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