Nuestro Zelensky “avanza”.

Desde el 8 de septiembre del 2020 lo advertí, cuando publiqué la suprema ley que rige los destinos de México, bajo la férula de la primera etapa de la 4T. Se las recuerdo, como también se las recuerdo a los cuatro ministros que hoy se plegaron a la voluntad de AMLO, para que no se sientan tan mal:


Salus populi suprema lex est


Artículo 1. Amarás a AMLO por sobre todas las cosas.
Artículo 2. Quien no ama a AMLO, odia a AMLO.
Artículo 3. Odiar a AMLO, es delito grave.
Artículo 4. AMLO puede hacer lo que le dé la gana.
Artículo 5. Lo que haga AMLO es legal, moral, ético y justo.
Artículo 6. Todo lo no previsto quedará definido de acuerdo con la voluntad de AMLO.

En consecuencia, lo ocurrido hoy en la corte se fundamenta en el cabal cumplimiento del artículo 4 de nuestra auténtica Ley Suprema, que nos dice que AMLO puede imponer su voluntad, por sus Morenos.


En consecuencia, no hay sorpresas. Una vez más se cumple la voluntad de AMLO, y su voluntad es insistir en rascarle los tanates a los gringos, como Volodimir se los rascó a los rusos. Nuestro Zelensky avanza al encuentro de la gloria, de la heroicidad que se le escapa y se ahoga en una alberca chiquita de Houston; al menos más chiquita que la de Carlos Loret de Mola, y no está solo.

Bienaventurados quienes hemos tenido la fortuna de coincidir con un héroe nacional.

¡Ah! ¡Si México tuviera unos 100 mexicanos como AMLO!, bueno, hasta unos 1000 mexicanos como AMLO; ¡el problema es que tenemos un chingo más como él! ¡Ni modo!

Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.