Habemus aeropuertum.



Sin duda alguna, desde el punto de vista de la lucha por el poder en México, el día de hoy es uno de los más interesantes, por las siguientes razones:


1. Ayer se inauguró la primera gran obra de este sexenio, el AIFA. Sin reticencias, debo decir que me pareció bonito, a juzgar por las imágenes que esta mañana presentaron los medios informativos. Debo decir, para honrar mi indeclinable espíritu hedonista, que lo que más me gustó fue que, como la estatua de AMLO en Atlacomulco, Epigmenio Ibarra se fue de nalgas.
2. En el más alto, y próximo a AMLO, círculo del poder, andan del chongo unos ancianitos. El explosivo texto de Julio Scherer en la revista Proceso, involucrando a Olga Sánchez Cordero y Alejandro Hertz Manero, abre una rendija por donde nos asomamos a los “sótanos del poder” (Héctor Aguilar Camín). Es algo también divertido, pero que exhibe la podredumbre de este gobierno. Lo que diferencia a los gobiernos no es que tengan o no sótanos del poder, sino su habilidad para ocultarlos.
3. La balacera de más de una hora en Colima, en pleno centro de la ciudad capital del estado del mismo nombre, es una clara muestra de que ha escalado el reto que la delincuencia organizada le planea al gobierno moreno, y todo indica que, en los hechos, ya se acabó el idilio de los abrazos sin balazos.

Es claro que el tema del aeropuerto tiene el potencial de mover la aguja hacia arriba en aprobación y calificación a la gestión de AMLO, mientras que la trifulca entre los viejitos de Morena y el desmadre de Colima pudieran mover la aguja hacia abajo.

A final de cuentas, la resultante de las sumas y restas serán los valores que obtengamos en el parecer de la Muchacha. Justo ahora estoy con ella, en nuestra cita semanal; está plácidamente acomodada en mi diván, platicándome cosas.

Insisto en que este día es interesante, porque ocurren cosas como el inicio de operaciones del aeropuerto, que son aparentemente favorables, pero pudieran también hacer recordar no el aeropuerto que nos dieron, sino el que nos quitaron, y en el caso de Colima, pudiera pesar en la opinión pública no tanto el susto, como el hecho de que atraparon a los malandros.

En el tema de los viejitos no me quedan claro sus efectos. He escuchado sus alegatos y me da la impresión de que todos tienen la razón en sus acusaciones a los otros. Esto es, creo que todos han abusado del poder para beneficios privados, justo la definición de corrupción de Transparencia Internacional.


La resultante, como dijimos antes, tiene tres posibilidades, que son las siguientes:

1. Que AMLO revierta las tendencias a la baja en sus indicadores de gestión, que llevan seis semanas a la baja.
2. Que se compensen los efectos y refrene el desgaste de AMLO.
3. Que continúen los indicadores de AMLO a la baja.

¿Qué pasará? ¡Sabrá Dios! Uno no sabe nunca nada (Álvaro Carrillo), pero yo creo que AMLO se recuperará, en cuyo caso quedaremos a la expectativa de si consolida su recuperación, o si la próxima semana retoma su tendencia a la baja, su deterioro.

¡Hagan sus apuestas! Se abre una quiniela virtual. Yo ya dije, creo que se va a recuperar (de no hacerlo, ya valió madre para AMLO y su 4T).

Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.