La Muchacha es cabrona.

En un ensayo por demás interesante sobre el poder, Jorge Carpizo, basado en grandes pensadores como Max Weber, John Locke, Georges Burdeau, Norberto Bobbio, Aristóteles y otros, hace una taxonomía por demás interesante de las formas del poder.

Max Weber hace una diferenciación entre poder y dominación; mientras poder significa “la probabilidad de imponer la propia voluntad… aun contra toda resistencia”, la dominación es la coerción ilegítima, esto es, “el uso de recursos para obtener determinados fines en interés del agente principal coaccionando la conducta de los subordinados”, según nos explica Ramón Máiz, en su artículo: Poder, legitimidad y dominación.

Lo que vivimos en México es una dominación descarada al extremo, ejercida por un líder carismático que viola sistemáticamente las leyes que él mismo impuso. Del referido texto de Carpizo, rescato el siguiente párrafo que tiene que ver con los resultados de mi Monitoreo que hoy les compartiré:

“La dominación carismática tiene su fundamento en las cualidades excepcionales -el carisma- del caudillo, en sus dotes sobrenaturales, en su heroísmo, en sus facultades mágicas o en su poder intelectual u oratorio, y no en una dignidad tradicional.

“La dominación del caudillo subsiste mientras cuenta con el apoyo de su dios, de su fuerza personal tanto física como intelectual, o con la fe de quienes creen en él, o con las condiciones originales que favorecieron el triunfo de la figura carismática. Es decir, su dominación durará mientras perdure su carisma.

“Los tipos puros de esta clase de dominación son el profeta, el héroe guerrero y el gran demagogo”.

Pues bien, a AMLO, nuestro gran demagogo, parece estársele agotando su carisma, a juzgar por los siguientes resultados obtenidos apenas el día de ayer:

1. La aprobación registra 54.8%, que representa lo siguiente:
a) Alerta Negativa.
b) Serie por debajo del promedio (deberemos actualizarlo a la baja).
c) Tendencia a la baja, que se mantiene por tercera semana consecutiva.
2. La calificación promedio registra 6.8, que indica también una tendencia a la baja que inicia igualmente hace 6 semanas, cuando su valor era 8.2, y justo cuando inició la pesadilla de la “casa gris”.
3. El porcentaje de mexicanos que ante la revocación de mandato desean que AMLO renuncie, llegó anoche a 23.9%, siendo éste un valor récord, y una tendencia al alza que también se inicia por el escándalo de la “casa gris”. Para que se den una idea, el 31 de enero, cuando iniciaba el escándalo, y todavía no se le quitaba ni una pluma al ganso, el porcentaje de mexicanos que querían la renuncia de AMLO, ¡era 7.7%! ¡Se le ha triplicado el repudio!

Podría seguirle, pero como Hipólito a Rosita Alvírez, nada más le daré tres tiros a este desplumado ganso; aunque a diferencia de aquellos en un barrio de Saltillo, yo creo que ninguno es de muerte. Todavía tiene AMLO margen para recuperarse, pero deberá entender que no saldrá adelante mientras siga haciendo tantas pendejadas.

Cuando en el cielo o el infierno coincida con Max Weber, le mostraré mis Monitoreos para que se le rueden las lágrimas, y seguramente estará de acuerdo conmigo en la siguiente afirmación: “La Muchacha es cabrona”.

Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.