El discreto encanto de la austeridad cuatrotera.

 

Por supuesto que el título de este dixit es una paráfrasis del de la aclamada película de Luis Buñuel: “El discreto encanto de la burguesía”, que ganara el Oscar a la mejor película extranjera en 1972.

 

Y por supuesto también, que tiene que ver con el bochornoso escándalo de la boda de nuestro Torquemada anticorrupción Santiago Nieto y la consejera del INE Carla Astrid Humphrey, quienes buscando la discreción se fueron hasta Guatemala para tener una boda de ensueño, acorde a sus posibilidades económicas, muy por encima de la recomendada por AMLO a su Pueblo bueno y sabio, de un par de zapatos, un carrito jodido y arroz y frijolitos en la mesa.

 

El tema no es relevante en sí mismo. Nada de malo tiene que alguien gaste su dinero en lo que le venga en gana, máxime cuando se trata de una boda. Pero es de gran relevancia político electoral, porque le pega en la línea de flotación al discurso de la austeridad republicana, cuasi franciscana, que pregona una persona humilde que vive en un palacio.

 

Tiene otra característica muy interesante: es hilarante, y eso lo hace potencialmente más peligroso. Tan es así que ya rodó la primera cabeza entre la 4T, tan reacia siempre a asumir consecuencias por sus errores: Paola Félix Díaz,

 

Secretaria de Turismo de CDMX, fue forzada a renunciar porque, como en la película de Buñuel, le echó a perder la fiesta a los enamorados, que buscaban disfrutar del discreto encanto de la burguesía, perdón, de la honrosa medianía juarista.

 

¡Válgame el santo apachurrado! ¿Y ahora?

 

  1. ¿Con qué cara se presentará AMLO ante los líderes mundiales en la ONU para hablar de corrupción, cuando su adalid contra ese flagelo tiene tantos amigos entre las élites acusadas por el propio AMLO de corruptas?
  2. ¿Con qué autoridad moral se podrá mantener Santiago Nieto en su cargo?
  3. ¿Le afectará a la Muchacha este escándalo en sus afectos? Eso se los diré el miércoles.

 

Por lo pronto quedamos atentos a las caritas de nuestros amigos de Morena y la 4T. Todo indica que se sienten un poquito embarazados, como astronautas en vuelo de 20 horas y sin retrete para hacer de su cuerpecito.

 

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