Nuestro antihéroe que se cree héroe.

 

Debe ser muy pesado y frustrante, para muchos otrora líderes de opinión, el ejercicio intelectual de argumentar contra lo ostensiblemente absurdo, como cancelar el NAIM, la política de nalgazos no balazos (o eran abrazos), el manejo de la pandemia, etc., y al propio tiempo, comprobar que nuestro presidente (conste que no por mi culpa) disfruta de una casi inamovible aprobación de 60%.

 

Debe ser pesado porque nuestros intelectuales se han forjado en los libros, no en las revistas de “monitos”, que es justo donde está la clave para entender la génesis de la polarización (la fuente de poder de los populistas), según nos advierte Luis Antonio Espino, en su interesante libro AMLO: El poder del discurso populista.

 

En los cuentos de monitos siempre hay un héroe y un villano. Supermán vs Max Luthor quizá sea la mejor ilustración. Es interesante como se asocia la maldad a la ciencia; los villanos por lo común son científicos.

 

La gente común se apasiona con los héroes, perdiendo de vista que no es poca cosa enfrentar a los súper poderosos solo con la inteligencia, y en el contexto histórico a veces sucede algo parecido.

 

El chacal Victoriano Huerta era mucho más interesante que Francisco I Madero; era un

 

Ingeniero brillante (constructor del Hotel Ancira de Monterrey) y además era un bohemio y le gustaba el cognac. Cómo no tener alguna afinidad con él. Pero no nos desviemos.

 

No es por tanto de extrañar que ahora los científicos estemos satanizados por AMLO, que juega el rol del Súper héroe de la 4T.

 

Claro que la heroicidad de AMLO es auto asignada. Seguramente siguiendo el consejo de María Félix, cuando en aquella película revolucionaria le cuestiona a Luis Aguilar sobre quién le dio el cargo de coronel. “Pos yo mesmo”, fue la respuesta del Gallo giro, y de ahí el referido consejo: “Pos de una vez se lo hubiera dado de general”.

Así las cosas, compañeros. Nuestro presidente, por decisión propia, es un héroe; el bronce lo espera para poblar de estatuas el suelo patrio, y quizá lo veremos hasta en otros países.

 

La única duda que me queda sobre el futuro heroico de AMLO, es que cada vez se parece más a otra figura de los cuentos de monitos, conocidos como antihéroes. Son idénticos a los héroes en cuanto a sus nobles y elevadas intenciones, pero se diferencian porque los resultados que obtienen son desastrosos. Queriendo ayudar a la humanidad hacen un reverendo desmadre.

 

Si vemos los resultados de la 4T en temas cruciales como desarrollo económico, salud, manejo de la pandemia, combate a la pobreza, seguridad pública, etc., es claro que nos está yendo de la chingada, de modo que nuestro héroe más parece un antihéroe.

 

Algo muy triste y lamentable, que paradójicamente es también de humor negro; tan negro, que apenas se puede esbozar una apretada sonrisa de resignación.

 

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